Fernando Mateos4 min lecturaTras el caso de los cuatro jugadores del Real Madrid Castilla que fueron detenidos por un presunto caso de revelación de secretos de índole sexual, el escándalo salpica ahora al Alavés, que ha activado el protocolo de violencia de género con un jugador de su filial, al que tiene suspendido de empleo y sueldo. El futbolista en cuestión, por su parte, considera que se trata de una situación injusta, al entender que no hay suficientes pruebas contra él como para privarle de ejercer su trabajo libremente.
La noticia ha sido desvelada por el diario As y la entidad de Mendizorroza ha tenido que salir a la palestra para ofrecer su versión, aunque los hechos se remontan al pasado verano. Fue en concreto a finales de agosto cuando “el club fue informado de que se había interpuesto una denuncia contra un jugador del filial por una presunta agresión a su pareja", tal y como recoge el comunicado del conjunto vasco.
Desde el entorno del futbolista, por su parte, niegan que exista una denuncia como tal, barajando su agencia de representación la posibilidad de presentar una demanda laboral contra el Alavés, que tiene apartado al jugador desde entonces sin cobrar. De hecho, ni siquiera tiene ficha, pues la última vez que se puso la camiseta del cuadro blanquiazul fue en pretemporada, pero sigue viviendo en Vitoria y tiene que recibir la ayuda económica de sus allegados.
Lo que reclaman los representantes del jugador es que el Alavés lo readmita o lo despida, pues tiene contrato hasta 2025. Han pasado ya dos meses sin novedades sobre el caso y su situación es insostenible al no gozar de ingresos, apuntándose también que ha sido ofrecido a otros equipos y que varios de ellos ya han sido puestos sobre aviso, incrementándose así las dificultades para encontrar un nuevo destino al que no podría llegar sin antes ser rescindido.
El Alavés, por su parte, ha querido aclarar cómo ha sido el proceso, sin desvelar su identidad ni la de la presunta víctima, que sería también empleada de la entidad babazorra. "El club actuó de forma inmediata abriendo un expediente al jugador mediante el cual se le aparta del equipo suspendiéndole de forma cautelar de empleo y sueldo mientras se resuelve dicho expediente, respetando siempre la presunción de inocencia", señala.
El comunicado indica además que “los hechos afectan a un ámbito estrictamente personal y no guardan relación con su actividad deportiva en el Deportivo Alavés”, en cuyo filial, que compite en Segunda RFEF, militaba el jugador en cuestión, apartado hasta que la Justicia determine si es culpable o inocente. Su club, mientras tanto, insiste la presunción de inocencia, y al mismo tiempo “reitera “una vez más su firme condena y rechazo a cualquier tipo de violencia en el fútbol y en todos los ámbitos de la vida".