Alex del Río4 min lecturaOier Zarraga, canterano del Athletic Club que esta temporada está jugando en el Udinese italiano, disputó ayer con la Selección de Euskadi el clásico partido que juegan todas las temporadas para reclamar la oficialidad como selección y unir al pueblo vasco en una fiesta de fútbol. El futbolista, que salió de Lezama y debutó en la temporada 20/21, salió este mercado de verano en busca de una nueva oportunidad en la Serie A, donde tampoco está teniendo todos los minutos que desearía el jugador, con solo 12 partidos jugados, donde ha acumulado 377 minutos, dos goles y una asistencia. El talentoso mediocentro está en ese proceso de adaptación a una liga con estilo de fútbol distinto al de La Liga.
Ayer, durante el encuentro entre la Selección de Euskadi y Uruguay, volvió a pisar el césped de San Mamés, ese césped en el que tanto ansió jugar y donde pudo disputar buenos minutos, a pesar de que la oferta de renovación no satisficiera sus intereses. Ayer, durante el segundo tiempo, cuando Arrasate decidió contar con el jugador getxotarra, los aficionados que estuvieron en el estadio pudieron volver a disfrutar del jugador.
Este partido, principalmente para los jugadores que están lejos de Euskal Herria, es muy especial. Un partido que siempre ha sido en época navideña, como afirmó Asier Villalibre, quien jugó la segunda parte, en rueda de prensa después del partido: "Me acuerdo cuando era pequeño y en Navidades solía venir. Ahora jugar es especial y es un orgullo representar a esta Selección, nos sentimos euskaldunes". Por eso, a pesar de que los clubes hayan puesto impedimentos para que sus mejores jugadores pudieran jugar con la Euskal Selekzioa, la atmósfera creada por los aficionados es única para los jugadores. "Un momento muy especial por la convocatoria, la experiencia y ver de nuevo a la familia", afirmó Zarraga.
En su vuelta a Bilbao, con la posibilidad de poder debutar con la Selección, el jugador afirmó que: "Jugar en San Mamés siempre es muy bonito. Tenía ganas de demostrar quién soy yo y debutar con la selección". Los minutos que disputó el jugador, ubicados en la segunda parte, tampoco fueron excesivamente brillantes. El ritmo del partido, con la cantidad de cambios introducidos y, posiblemente, el miedo a lesionarse y perderse el final de temporada con sus respectivos equipos, influyeron.
Zarraga, a pesar de estar viviendo una nueva aventura, en el proceso de adaptación, en el que la progresión por entender el idioma, la cultura y el fútbol de Italia es cada vez mayor, tiene también un ojo echado al Athletic. "Siento alegría por cómo está el Athletic, ahora estoy mejor, me costó adaptarme. Me alegro mucho por mis excompañeros y soy uno más desde fuera. El Athletic está ahora cerca de ganar un título" explicó el exjugador del rojiblanco.