Alejandro Sáez4 min lectura“Si desciende el Barça no pasa nada, volverá al año siguiente”, aseguró días atrás Javier Tebas, presidente de LaLiga, quien pidió seriedad después de que Gerard Piqué se refiriera al Caso Negreira de manera muy arbitraria, asegurando que “comprar a un árbitro” es “fácil”.
Pese a que las sanciones deportivas al Barcelona por el Caso Negreira se antojan complicadas, pues todo apunta a que habría prescrito, el propio Rubiales dejó la puerta abierta a que aún pudiera salir algo que rompiera con esa prescripción. En cualquier caso, se antoja complicado ver al Barcelona en Segunda.
Si el FC Barcelona desciende y finalmente queda primero en LaLiga, lógicamente le sería arrebatado el título, por lo que quedaría desierto o en manos del segundo clasificado, que hoy por hoy sería el Real Madrid.
Sin embargo, no sería el conjunto blanco el único gran beneficiado por el hipotético descenso del Barça, sino que también habría que ver qué es lo que ocurre con las Ligas de 2016 y 2018, cuando el conjunto culé ganó LaLiga mientras que los pagos a Negreira estaban activos. El Atlético fue segundo en 2018 y el Real Madrid en 2016, por lo que podrían optar también a esas ligas, como pasó en Italia con el Moggigate. En Italia, por ejemplo, dejaron desierta una de las ligas, mientras que otra se la dieron al Inter, tercer clasificado, por las sanciones a Juventus y Milan.
Pero no queda ahí la cosa, es que si descendiera el Barça, el quinto podría entrar en Championes y otros dos que entren en Europa League y Conference League desde posiciones más bajas que, en principio, no les daría derecho a jugar en Europa.
También afectaría al descenso, donde habría mucha tela que cortar. En lugar de tres clubes bajarían sólo los dos últimos y el 18º podría acabar salvándose.
La auténtica revolución, eso sí, podría vivirse en Segunda división, donde el Barcelona traería consigo más audiencia, más publicidad y mejores patrocinios. Un auténtico tsunami deportivo del que todos los clubes querrían aprovecharse, como mínimo, llenando sus campos con la visita del conjunto culé.
Lógicamente, el descenso a Segunda supondría también una marcha masiva de estrellas del vestuario culé. Especialmente las que no se han criado en La Masía. Entre otras cosas, porque resultaría imposible mantener una plantilla de ese nivel en Segunda división. Especialmente después de una temporada en la que el Barça ha tirado de palancas imaginativas para soportar el actual proyecto deportivo en manos de Xavi Hernández.
En lo económico, el Barcelona lleva años acumulando deuda, siendo éste el segundo año que cae a la Europa League, donde también ha sido apeado antes de tiempo. Hasta 200 millones de euros en pérdidas podría suponer un hipotético descenso a Segunda, donde perdería patrocinios como el de Nike o Spotify, entre otros. Por ahora, Laporta ha pasado al ataque.