Como los del caballo del Ingeniero

La torpeza de Luiz Felipe y Pezzella (doble del argentino) ha dejado al Betis 164 minutos en inferioridad en lo que va de 2022/2023, pero nadie ha sido capaz de aprovecharlo para hacerle un gol

Óscar MurilloÓscar Murillo
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Como los del caballo del Ingeniero
Del Cerro Grande, con la tarjeta roja en la mano para echar a Pezzella. - LaLiga

Defiende un dicho popular, que alude a los atributos del caballo sobre el que monta Baldomero Espartero, insigne militar que desempeñó varios cargos políticos durante el siglo XIX, que todo aquel que exhibe arrojo, valentía y, sobre todo, casta, los tiene como el noble animal. Dos estatuas, una en Logroño y otra en Madrid, dan buena fe de que el tamaño, para aquello de impresionar al menos, sí que importa. La riojana es más vieja que el Real Betis, aunque permítannos acuñar y parafrasear la expresión para destacar la amplitud del catálogo de un equipo que, aunque sale esta jornada de puestos de Champions League y acumula dos jornadas de LaLiga sin marcar ni ganar, los tiene bien puestos. Sin Fekir, sin Juanmi, sin Luiz Felipe y con uno menos durante más de una hora de nuevo, nadie le hace un gol. Es más, anduvo más cerca de ganar que de perder, como en Balaídos.

Un buen análisis tiene que abordar todos los conceptos. La torpeza del italo-brasileño en Vigo y de Pezzella en Zorrilla para agarrar y derribar a un contrario siendo los últimos hombres. Casi mejor arriesgarte a que te hagan un tanto, que estaría por ver pese al mano a mano, que quedarse en inferioridad. Y digo torpeza tanto del recién llegado, que (nos) encanta a la mayoría, como del italo-argentino, con más detractores vaya usted a saber por qué. Bueno, de acuerdo, lleva dos rojas en ocho jornadas, en siete partidos realmente, pero... ¿no quedamos en que no nos gustaban los centrales blanditos? Bueno, que me voy del tema: la cagaron, todos de acuerdo. Y fastidiaron al resto. Más consenso aún. Aunque me quedo con la reacción posterior: tres partidos en inferioridad en los que no cambió el marcador, sólo uno de ellos perdido (el que ya caía 1-0 ante el Celta). Más de 163 minutos, con el tiempo extra añadido al inicial previsto de prolongación, en los que Rui Silva ha quedado imbatido. Se mantuvo el 1-0 ante Osasuna en casa y el 0-0 este domingo en Pucela. Y, encima, Marchesín evitó hasta tres goles para la posible remontada el pasado fin de semana, mientras que la más clara de la segunda mitad en Valladolid, después de que el luso desbaratara un cabezazo a bocajarro de Sergio León en la primera, fue el mano a mano errado por Canales ante Masip.

"Es cierto que hemos jugado mucho tiempo con uno más, pero... ¡es que es el Betis! Lo hemos intentado y no hemos llegado con fluidez. Incluso, ellos han tenido una muy clara para ganarnos, por lo que me quedo con el punto, que todos en Primera son importantes. Hemos jugado contra un gran equipo, que defiende también muy bien", comentaba tras el encuentro Pacheta en los micrófonos de LaLiga TV. Y no le falta razón. Con once, vuela, te arrasa muchas veces y sólo claudica por detalles, por la mínima y dándolo todo. En el Olímpico de la Ciudad Eterna, Mourinho tenía una contradicción razonable igualmente ante la pregunta del querido Ismael Medina: "Ellos han sido técnicamente muy superiores a nosotros, han jugado mucho mejor y han manejado la bola con más calidad; pero nosotros hemos tenido mejores oportunidades de gol. ¿Quién merecía ganar, un Betis que ha jugado mejor o una Roma con las ocasiones más grandes?".

Yo estoy con Pellegrini: quien juega mejor, no renuncia a su identidad y nunca pierde la fe ganará más veces de las que perderá. Si nunca te conformas de partida con el empate, sumarás más de a tres que de a uno. Darás por buenas las tablas, pero como una consecuencia inevitable, más que como un objetivo en sí. Ahora, eso no quita que, por mucho que el vestuario sea una familia, haya que darle un toque de atención a los defensores. Dejar dos jornadas seguidas a tu equipo con diez en el primer tiempo y dar demasiada ventaja y someter a los que se quedan en el campo a un sobresfuerzo innecesario. Templen y aprendan. Particularmente, como he dicho, me quedo con el sacrificio y el compromiso de todos en una tesitura tan delicada, con Willian José defendiendo como un jabato y corriendo para atrás como un poseso tras una pérdida (sí, el que en San Sebastián, como a Juanmi, tildaban de díscolo y egoísta). Y con los dos porterazos que tiene el 'Ingeniero'. Porque lo de Bravo en Roma fue, al igual que lo de Rui Silva contra Celta y Valladolid, un 'bastinazo', como dicen en mi adorada Cádiz.

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