Del "sucio montaje" según el abogado de Lopera al cariño de sus hombres de confianza

La muerte de una de las principales figuras del beticismo en los estertores del siglo XX y los albores del XXI ha propiciado, como no podía ser de otra forma, un reguero de reacciones de condolencia, tanto de los que acudieron en persona a despedirle en el tanatorio de la SE-30 este Domingo de Ramos (los representantes béticos Ángel Haro, José Miguel López Catalán, Joaquín Sánchez, Ramón Alarcón y Juan de Dios Álvarez; el sevillista José María del Nido Benavente; los ex dirigentes verdiblancos Ángel Martín, Manuel Castaño y José Antonio González Flores...) como de los que emplearon las redes sociales para manifestar su pesar (Juanma Moreno, el Sevilla FC, la RFEF...). Los hay que prefirieron la discreción y el anonimato, pero sorprendieron las palabras del que fuera su abogado muchos años, José María Calero Martínez, quien fue vehemente en su recuerdo al empresario de El Fontanal.

"Descanse en paz Manuel Ruiz de Lopera. Fue un honor y un privilegio defenderle frente a un sucio montaje judicial/empresarial para destruirle, encarcelarle y quitarle lo que era suyo. Sólo consiguieron lo último. Hombre hecho a sí mismo. Mi pésame a su familia y allegados", reza el mensaje en X (AKA Twitter) del letrado penalista, que ensalzaba la figura de un hombre harto peculiar y que, en el ocaso de su vida, quedó casi completamente desligado del Real Betis. No en vano, en la última junta general de accionistas hubo que añadir el apellido de extraordinaria por mor del Supremo, que falló a favor de los cinco últimos demandantes de 'Béticos por el Villamarín' que defendían que el 31,38% de las acciones que seguían en el limbo nunca fueron pagadas por el otrora consejero delegado, que, junto a Luis Oliver, vendió su 19,96% restante al propio club. Ahora, ese otro pellizco de títulos ha tenido que ser restado del total, borrado, como si nunca hubieran existido.

Lopera será recordado, entre otras muchas cosas, por conseguir para la entidad de La Palmera en 1997 el fichaje más caro de la historia, récord que mantendría durante bastante tiempo, superando los 4.000 millones de las antiguas pesetas que habían constado Ronaldo y Rivaldo. El Sao Paulo ingresó 5.300 (30,5 de euros, para que se entienda la magnitud de aquello) y fueron claves en la operación el agente de Denilson de Oliveira y un intermediario de su círculo. "Murió Manuel Ruiz de Lopera, una de las mejores personas que he conocido. Difícil y duro, pero leal negociador. Increíble historia de vida, ganador en todo lo que hizo. Enamorado del Real Betis. Estoy muy orgulloso de haber sido tu amigo, un honor a menudo ser llamado por la prensa 'el hombre de confianza de Lopera'. Mis condolencias a la familia, en especial a la esposa y a mis amigos Javier padre (sobrino) y Javier hijo (sobrino nieto). Dios te reciba con los brazos abiertos y con todo cariño. La tristeza es enorme", escribía en Facebook Luiz Vianna.

"Traté muchísimo con Manuel Ruiz de Lopera; primero, siendo su jefe de prensa en el Real Betis y, luego, siendo agente de jugadores. Siempre me trató bien personal y profesionalmente. Lamento mucho su inesperado adiós y mando un abrazo a toda su familia. DEP bético", sentenciaba Antonio Barrera. Por supuesto, el propio Denilson dijo adiós en la distancia con cariño al ex dirigente bético: "Que descanse en paz mi presidente. Nunca me olvidaré de lo que has hecho por mí. En el momento más difícil de mi vida personal, estuviste conmigo. Me diste todo el apoyo y no me olvidaré jamás. Mis sentimientos a los tuyos y descansa en paz".