La nueva travesía por el desierto de Camarasa

Sin sitio en Heliópolis, a sus agentes les está costando un mundo encontrarle acomodo en Segunda división casi un año después de que disputara sus últimos minutos en competición oficial

La nueva travesía por el desierto de Camarasa
El valenciano, durante el amistoso ante el Atalanta del pasado 23 de diciembre de 2022. - RBB
Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura

Jugó su último partido oficial hace ahora casi un año, el 21 de enero de 2022, cuando salió en la recta final de un Espanyol-Betis en Cornellà-El Prat (1-4) que, precisamente, vuelve a jugarse este sábado en la misma fecha e idéntico escenario, pero en 2023. Se cierra el círculo para Víctor Camarasa, lastrado por las lesiones en lo que va de década y renovado contra pronóstico el verano pasado para que pudiera recuperarse con los profesionales y en las instalaciones verdiblancas. Sin ficha, el otrora '22' se ha ejercitado a diario con la esperanza de dejar atrás las molestias derivadas de su operación del tendón rotuliano y que Manuel Pellegrini, su gran valedor y un enamorado de su juego desde que lo 'sufriera' en la Premier League, le devolviera su estatus. Fue una opción sobre la mesa, aunque ahora la prioridad es que busque otro destino.

El contrato del ex de Levante y Alavés expirará ya sin más dilación el próximo 30 de junio, aunque se está intentando que lo haga con otra camiseta. El mediocentro se quitó la espinita el pasado 23 de diciembre en el amistoso contra el Atalanta, aunque atraviesa ahora de nuevo por otra travesía por el desierto. A sus agentes les está costando un mundo encontrar un club de Primera o Segunda división que le dé una oportunidad, por lo que no descartan recurrir a Ligas extranjeras. El Cádiz no aceptó el ofrecimiento, como tampoco, según ha podido conocer ESTADIO Deportivo, Espanyol, Granada o Leganés, entre otros. Esta semana ha cobrado fuerza la opción de que recale a préstamo en el Cartagena, con el Betis dando todas las facilidades posibles (léase compartiendo su ficha), aunque las informaciones procedentes del club murciano son contradictorias al respecto.

También está poniendo de su parte el propio Camarasa, que se resiste a bajar los brazos a sus 28 años. Con un poco de suerte y confianza, el de Meliana desea demostrar que todavía tiene mucho fútbol en sus botas, justificando los siete millones de euros que pagaron en Heliópolis por él en su día y el interés de clubes pudientes. Un año en blanco, que son dos en realidad por perderse por razones físicas también la 20/21, es un lastre demasiado pesado para el futbolista, que llegó a ser internacional sub 21 y uno de los medios más prometedores de su generación.

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