Tote da palos a Serra Ferrer: "Nadie te habla bien de él"

Tote, delantero que arribara al Betis en el verano de 2003, no guarda un grato recuerdo de paso por Heliópolis, como demuestra siempre que le preguntan: "En un entrenamiento me enfrenté al Serra Ferrer este. No te habla bien de él nadie. Laudrup, cuando estaba en el Mallorca, dijo que si alguien le demostraba que este tenía un amigo le pagaba una comida a toda la isla"

Tote da palos a Serra Ferrer: "Nadie te habla bien de él"
Tote, como bético. - Cordon Press.

Son el Betis y la ciudad de Sevilla un destino acogedor por costumbre. La familiaridad y los encantos de la capital hispalense a la hora de vivir en ella suelen ser un plus que agrada a los futbolistas. Raro es el jugador que no cae de pie en Sevilla y en una entidad como el Betis, aunque siempre hay excepciones y no todo el mundo puede hablar bien de su experiencia como bético. Y no en lo deportivo, pues el balón es muy caprichoso. Sino más bien fuera del terreno de juego.

Pero no todo es color de rosa en la vida. Y, por tanto, tampoco en el Betis. Un ejemplo de ello es Jorge López Marco, más conocido futbolísticamente como Tote. Un delantero que se forjó en la cantera del Atlético de Madrid y que dio el salto en el Real Madrid, donde se topó con un Vicente del Bosque que hizo mucho por moldear su rebeldía. Al salir del Bernabéu, con alguna experiencia previa en el extranjero, acabó recalando en el Betis de Manuel Ruiz de Lopera. Eran otros tiempos, era otro fútbol. Y Tote ha sido siempre un futbolista que no se ha mordido la lengua. Ni lo hacía en activo ni lo hace ahora, a sus 45 años.

Buena prueba de ello es su entrevista con Relevo, donde no deja títere con cabeza y da muestras una vez más del resquemor que le queda de su experiencia en Heliópolis. Era el verano de 2003 y, tras ganar LaLiga con el Real Madrid pese a no tener protagonismo, se decide por el Betis, dejando atrás una opción del Atlético Madrid que no se dio por circunstancias y diciendo 'no' al Monaco de Deschamps, que acabaría firmando a Morientes. Así lo recuerda el propio Tote: "Yo no quería salir de España. Lo del Benfica no salió bien y quería estar aquí. Me gustaba mucho Sevilla. Encima había un grandísimo grupo de jugadores: Joaquín, Denilson, Capi, Alfonso… Dije: 'Me voy con estos'. Tengo el AVE al lado, mi familia conmigo… No quise ir a Francia".

Y en el Betis no tuvo "suerte", como él mismo reconoce. Eso sí, al mismo tiempo que deja un par de palos: "Lo que es la vida, yo venía con el Madrid de no jugar, físicamente no venía bien y el Betis era un club complicado. Muy apasionado, muy bonito en cuanto se respira fútbol, pero me tocó el Lopera este, me tocó luego Serra Ferrer…".

Lopera, fallecido meses atrás, siempre se caracterizó por ser un presidente controvertido, pero no fue sólo el empresario de El Fontanal la piedra en el camino de Tote, quien también se despacha abiertamente sobre Serra Ferrer: "Gente jodida, ¿no? Gente que no te va de cara y luego muy rara. Yo no estoy hecho para ese tipo de gente, yo soy demasiado simple. Me gusta la gente que te mira, que te da la mano, que te dice esto, eso, así, así, punto. Y estos eran trileros, todo lo contrario. Al final, muchos problemas. Había firmado cinco o seis años y estuve año y medio. Me apartaron y todo. Me hacían entrenar a las tres de la tarde en Sevilla con 50 grados y se pensaban que yo no tenía huevos para entrenar con 50. ¡Y con 100!".

Y sobre Serra, lo tiene claro: "Pues en un entrenamiento me enfrenté al Serra Ferrer este. No te habla bien de él nadie. De hecho, Laudrup, cuando estaba en el Mallorca, dijo que si alguien le demostraba que este tenía un amigo le pagaba una comida a toda la isla. En el entrenamiento tuve una con él y estos, como son cobardes, pues te apartan. Como no te pueden mirar a la cara... Son así. Tenía el respaldo del otro y ya está. Esa fue mi aventura en Sevilla. Pero fue una pena porque es un club para estar y para jugar. Sevilla es una ciudad muy futbolera y que me venía muy bien para mis características, para mi forma de jugar. Además de todo eso tuve muchas lesiones musculares, lo que en la vida me había sucedido. Tuve cuatro roturas casi seguidas el primer año, con Víctor Fernández. Y el segundo, con Serra, me rompo el sóleo entrenándome en casa. Más meses parado. Y luego, apartado. Así que luego me voy al Málaga cedido, pero llego muerto. Y al acabar esa temporada no me quería nadie".

Tote, un futbolista que vivió una auténtica montaña rusa en su carrera como profesional y que, siempre que le preguntan, no duda en dejar clara su experiencia en Heliópolis. No guarda un grato recuerdo de aquello.