"Pellegrini es el entrenador más importante de mi carrera"
Isco recuerda que "Zidane fue el único entrenador del Real Madrid que confió" en él, reivindica su posición de mediapunta y habla de cómo sería su retirada ideal de los terrenos de juego

Interesante entrevista la que ha concedido Isco Alarcón a 'France Football', donde repasa su carrera desde que empezara a dar patadas a un balón en Arroyo de la Miel, uno de los tres distritos en que se divide Benalmádena, reivindicando de nuevo esa posición suya de mediapunta que se está perdiendo: "En la calle se aprende y se vive el fútbol de forma diferente a como se vive en un centro de formación. Empecé enseguida como '10'. Me gusta llevar el balón y regatear, así que es donde me siento más a gusto". ¿Mi inspiración? Zidane, Ronaldinho, Iniesta, Xavi... Su fútbol era precioso, casi mágico. Por desgracia, está en vías de desaparición. El fútbol actual es más físico y los sistemas utilizados por los entrenadores nos sacrifican poco a poco. Para mí, el que mejor valora a un número 10 es el 1-4-2-3-1. Tengo suerte: es el sistema que utiliza el Real Betis y la selección española".

Pese a que su arraigo es madridista, el '22' de La Palmera admite que "el Barça también sigue creyendo en esta demarcación, como se ha visto con Dani Olmo y Pedri. Un buen 10 es el director de orquesta de un equipo. Para serlo, hay que sentir el juego, saber cuándo frenar o acelerar, dónde estar y cuándo", una definición en la que cree a pie juntillas: "Nosotros marcamos el ritmo. Es una posición muy instintiva. Nunca preparo mis partidos; no soy de los que estudian a su adversario. Una vez en el campo, lo analizo todo. Busco la zona ideal para sacar el balón y hacer daño al rival. En función de lo que observo, ajusto mi posicionamiento. La idea es que el número 6 se desmarque. Cuando veo que se me pega demasiado, me quito de en medio y me acerco a la banda. Si me sigue, dejo espacio para un compañero. Se trata de adaptarse. Me pasa lo mismo con el regate. Mi cabeza sabe lo que exige el juego. Mi movimiento favorito es la 'croqueta' (popularizada por Iniesta). Mi visión del juego es en gran parte innata. Lo más importante es aprender a anticiparse, saber lo que vas a hacer antes de recibir el balón. En el campo, las cosas suceden a una velocidad vertiginosa. Si piensas demasiado, lo pagas".
Ese proceso de reciclaje lo vivió en Chamartín, porque, "con jugadores como Gareth Bale, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema, era casi imposible instalar a un mediapunta", por lo que, en varios momentos tuvo que reconvertirse "en un '8', jugar un poco de ala izquierda... Y funcionó", razón por la que el experimento tuvo continuidad: "Durante mis primeros años con Ancelotti (2013-2015), demostré que era capaz de hacer muy buenas apariciones fuera de mi posición. Sin embargo, en los medios de comunicación escuché que no defendía lo suficiente... Creo que la gente me subestima en ese aspecto. Soy uno de esos jugadores que dan la impresión de que no defienden, pero en realidad sí lo hago. Independientemente de dónde me hayan colocado, siempre lo he hecho lo mejor que he podido. Pero, por supuesto, sigue siendo en el '10' donde se ha visto al mejor Isco".

De todas formas, el costasoleño se queda con Zinedine Zidane: "Fue el único entrenador del Madrid que confió en mí en mi posición natural. Cambió el sistema para ponerme en punta por detrás de Cristiano Ronaldo y Benzema. Yo era un electrón libre, que tenía que jugar en los espacios que dejaban los otros centrocampistas (Toni Kroos, Luka Modric y Casemiro). Y resultó muy bien. Me encantaba. La primera temporada completa de 'Zizou', la 2016/2017, fue la mejor mía, tanto individualmente como colectivamente (13 goles y 10 asistencias). Ganamos LaLiga y la Champions League. Éramos un verdadero equipo, dentro y fuera del campo. Fui muy feliz en Madrid. Allí viví experiencias inolvidables, gané muchos títulos... Aunque algunos decían que tenía un perfil compatible con el Barça, ir al Real fue la decisión correcta. Siempre estaré agradecido al club".
Todo lo contrario que cuando le tocó ponerse a las órdenes de Solari: "Fue con el que más problemas tuve (en la 2018/2019). Yo venía del Mundial con apendicitis y, no sé, a lo mejor prefería a otro jugador o yo no estaba a la altura. Hay entrenadores que te quieren más que otros; así es el fútbol. Después, todo fue más complicado para mí en el Madrid". Con todo, Isco se culpa a sí mismo del bajón final como merengue: "No estaba bien mentalmente, y eso se notaba en mi juego. Estaba atravesando una mala racha, tanto deportiva como personal. No sabía cómo recuperarme. Soy el único responsable de mi fracaso. En el Sevilla FC (agosto-diciembre de 2022), las cosas tampoco funcionaron. El ambiente del club no ayudó. Allí sólo tuve problemas con Monchi. A partir de entonces, decidí tomarme un tiempo para mí, para encontrarme a mí mismo, recuperarme y recobrar mi fuerza mental. Naturalmente, tuve mis momentos de duda. Pero sentía que me debía algo. No podía terminar así. Trabajé duro para volver a mi nivel. La gente me dice a menudo que debería haber tenido una carrera mejor. Nunca lo sabremos. Lo hice lo mejor que pude y estoy orgulloso de lo que logré. De niño, nunca lo habría imaginado".
Pero, por fortuna, apareció el Real Betis en su camino: "Volver a mi mejor nivel no fue una sorpresa. Sabía que, si confiaba en mí mismo y trabajaba duro, volvería. La presencia de Manuel Pellegrini me convenció para venir. Es el entrenador más importante de mi carrera. Me lanzó en el Málaga CF en 2011 y me dio confianza y cariño. Y aquí es lo mismo. Tengo la suerte de tener un entrenador que cree en la posición de 10, que me aconseja estar siempre cerca del balón y me da mucha libertad de movimientos. Además, esta temporada me han nombrado capitán por primera vez, algo de lo que estoy muy orgulloso. Es uno de los periodos más felices de mi carrera. Me siento muy querido por el club, mis compañeros y la afición. Los consejos del entrenador me siguen ayudando a entender cómo puedo ayudar mejor al equipo. Por ejemplo, creo que puedo dar pases más decisivos jugando más cerca del área rival. No me obsesionan las estadísticas (12 goles y 11 asistencias en la 2024/2025). Prefiero jugar bien sin marcar que marcar y jugar mal. Mi filosofía seguirá siendo la misma: jugar para divertirme. Quizá eso acabe por devolverme a la selección con regularidad".
Para terminar, Isco Alarcón habló con los compañeros de 'L'Équipe' sobre su jubilación, de momento lejana. Con contrato hasta el 30 de junio de 2027, ya se refirió recientemente a una posible prolongación cuando llegue el momento, aunque entonces ya tendrá 35 años y será un tema que valorar. "No me estoy dejando llevar. Vuelvo de una lesión grave (fractura de peroné entre mayo y septiembre de 2024, con recaída incluida), así que saboreo cada día de mi vida como futbolista, mientras mi cuerpo lo soporte. ¿Mi objetivo final? Que yo me retire del fútbol, no que el fútbol se retire de mí".