El Espanyol firma un 2025 de ensueño y se instala entre los grandes de LaLiga

El RCD Espanyol cierra 2025 como el sexto mejor equipo del fútbol español tras sumar 60 puntos en el año natural. De pelear por la permanencia a soñar con Europa, el conjunto de Manolo González ha dado un giro radical apoyado en la solidez colectiva, la fe competitiva y una identidad que ha devuelto la ilusión a la afición perica

El Espanyol firma un 2025 de ensueño y se instala entre los grandes de LaLiga
Quinta victoria consecutiva de un Espanyol histórico - CORDON PRESS

El RCD Espanyol ha completado un año que quedará marcado en la memoria de su afición. 60 puntos en 2025 resumen una transformación profunda: 27 sirvieron para asegurar la permanencia la pasada temporada y 33 han impulsado al equipo, ya en el presente curso, hasta la quinta posición de LaLiga. Solo FC Barcelona, Real Madrid, Atlético y Villarreal han sumado más, con los pericos 10 puntos por encima del séptimo clasificado.

El dato convierte al Espanyol en el sexto mejor equipo del fútbol español en el año natural, un escenario impensable hace doce meses, cuando el equipo coqueteaba con el descenso y el proyecto parecía tambalearse.

De la duda al convencimiento colectivo

El inicio de 2025 estuvo marcado por la incertidumbre. Cuatro jornadas sin ganar, con derrotas ante Getafe y UD Las Palmas y empates frente a Osasuna y Valencia, pusieron a Manolo González en el foco. Aquel tramo, unido al duro 4-1 encajado en Montilivi, alimentó las dudas sobre un grupo que hoy parece irreconocible.

La reacción fue silenciosa, basada en el trabajo y la convicción. El técnico logró unir vestuario, club y afición, mientras la dirección deportiva supo reconstruir una plantilla tocada tras la salida de Joan García. El resultado es un equipo sólido atrás, fiable a balón parado y, sobre todo, competitivo hasta el límite.

San Mamés como símbolo del cambio

La victoria en San Mamés resume mejor que ninguna otra el nuevo Espanyol. El equipo enlazó su quinto triunfo de liga consecutivo remontando al Athletic Club por 1-2, tras el gol inicial de Álex Berenguer. Carlos Romero y Pere Milla firmaron la reacción en uno de los escenarios más exigentes del campeonato.

Ambos representan el giro del proyecto. Carlos Romero empezó el año como suplente de Brian Oliván y hoy es decisivo. Pere Milla pasó de tener un papel secundario a convertirse en una pieza clave. Como el propio equipo, crecieron desde el barro hasta competir sin complejos.

No fue un caso aislado. Ganar en San Mamés permitió cerrar el año con 33 puntos en 17 jornadas y enlazar 5 victorias seguidas, algo que no ocurría en el Espanyol desde hace décadas. Además, es la quinta vez en 125 años que el club encadena tres triunfos consecutivos a domicilio.

Un bloque sin estrellas, pero con líderes

El Espanyol de Manolo González se explica desde el rendimiento coral. No hay grandes nombres por encima del grupo, sino compromiso, presión, estrategia y solidaridad defensiva. Dmitrovic, discutido a su llegada, está firmando números sobresalientes y volvió a ser decisivo en Bilbao. Urko completó uno de sus mejores partidos desde su regreso y Carlos Romero se inventó un gol que reflejó la confianza del equipo.

A su alrededor, Cabrera, Calero, Pol Lozano o Pere Milla sostienen una estructura donde todos conocen su rol y lo cumplen. La fortaleza del colectivo ha permitido al Espanyol mirar hacia arriba con un colchón que concede margen de error y ambición.

La palabra Europa ya no es tabú. El equipo se va de vacaciones quinto, con la sensación de que lo conseguido no es fruto de la casualidad. “Hay que disfrutar de una puta vez”, dijo Manolo González, una frase que resume el espíritu de un vestuario que ha devuelto el orgullo a su gente.

El Espanyol cerrará el año con la cabeza alta y abrirá 2026 con un derbi ilusionante ante el Barça. Nadie sabe hasta dónde llegará este viaje, pero el 2025 ya ha valido la pena. Porque este Espanyol compite, gana y, sobre todo, vuelve a emocionar.