Álex Martín
Lo ocurrido este domingo en el derbi entre el Espanyol y el FC Barcelona es inadmisible. Mapi León ha protagonizado un acto que no ha hecho ningún bien al fútbol femenino. De forma involuntaria, por supuesto, ha tocado (según se puede ver en las imágenes) sus partes a Daniela Caracas, futbolista del conjunto perico. Un acontecimiento que, sin duda, ha revolucionado a toda la sociedad. Porque claro, muchos solo aparecen cuando hay morbo y, dicho contundentemente, ‘salseo’. Esa es otra cuestión, porque hay que hablar de lo que ha sucedido y de sus consecuencias.
La aragonesa, conocida por ser firme en sus opiniones y postulados, no escondiéndose cuando la situación lo requiere, ha llamado la atención por su tardanza en este asunto. Es curioso que León haya tardado tanto, a través de un comunicado emitido por el Barça, cuando se ha producido un auténtico terremoto en redes sociales, con críticas casi unánimes hacia su persona. No es normal esto, y más, cuando el Espanyol ha sido muy tajante sobre todo lo sucedido.
No es normal tampoco que el FC Barcelona, club al que pertenece, hubiera publicado un tuit de Mapi León y haya tenido que borrarlo, consciente de la marejada que ha formado este mensaje. Tampoco lo es que, antes de lanzar un comunicado o, al menos, pedir disculpas, se hayan publicado más imágenes de diferentes jugadoras durante el duelo ante un Espanyol que ha sido muy claro sobre lo ocurrido. Por no hablar del texto que han emitido.
La Liga F, tal y como hemos podido saber en ESTADIO Deportivo, se encontraba, en la tarde de este lunes, “recabando información de los dos clubes”. ¿Qué información? Eso es lo que nos gustaría saber, ya que las pruebas documentales no han podido ser más contundentes al respecto. En cuanto a los comunicados de AFE (que no menciona el nombre de las implicadas en ningún momento) y FUTPRO, decir que han sido insuficientes es quedarse corto. Muy corto, además.
Que sí, que dirán muchos que lo de Mapi León se ve mucho en partidos de fútbol masculino y femenino, pero no es menos cierto que este tipo de cosas no hacen sino poner todavía más en la mira a un deporte que parece que solo salta a la palestra por escándalos y cuestiones extradeportivas que poco o nada tienen que ver con los avances que están consiguiendo ellas, que son las principales protagonistas.
Ahora, Mapi León es la protagonista y no es normal que haya tardado tanto para dar la cara. No se entendía que siguiera en absoluto silencio cuando en las redes sociales (eternas juezas de la verdad) hayan emitido su veredicto. No es normal que haya gente, aficionados del Barça sobre todo, que la defiendan y que haya quien que diga que debe estar “siempre en mi equipo”. No entienden la gravedad de la situación y, ni mucho menos, deben normalizarla.
En aquel comunicado, en el que afirma que no vulneró “la intimidad” de Caracas, ha dejado más dudas que certezas. Dolors Ribalta, responsable del Espanyol, ha dejado claro que la aragonesa no ha hablado con su futbolista y, mucho menos, con el club, en el que militó hace tiempo. No ha pedido disculpas, y eso es lo que llama la atención y le molesta a muchos, aunque muchos de los seguidores culés hayan cerrado filas en torno a ella.
Sí, se ha cometido un error. Sí, se ha pasado de la raya. Mapi León tiene que ser sincera. No se puede quedar con el comunicado que ha hecho y asumir que todo pasará con el paso de los días. Su acto debe tener consecuencias y debe asumir su responsabilidad por todo ello, de forma sincera y clara. Si de verdad se quiere avanzar, hay que tener conciencia de lo que se ha hecho. Además, debe tener en cuenta que su imagen pública, si no se ha destruido, ha quedado muy dañada. La decepción de muchos con ella es notable y tiene que ser realista con ella misma.
Si asume todo esto, se podrá pasar página. Si no se comunica en ningún momento con Caracas y no pide disculpas, seguirá el foco puesto en ella, y todo se magnificará. Es de sabios rectificar, y no es una vergüenza ni un paso atrás reconocer que se ha equivocado.