El día en el que Míchel, entrenador del Girona, rozó la muerte

El técnico madrileño ha confesado que, tras ascender con el Rayo, vivió el peor momento de su carrera como entrenador. Ahora, tiene herramientas para intentar que no le vuelva a suceder

El día en el que Míchel, entrenador del Girona, rozó la muerte
Michel, besándose un anillo como ritual antes de un partido. - UES
Alberto GálvezAlberto Gálvez 3 min lectura

En España hasta hace no mucho, todo el mundo pensaba en el exjugador del Real Madrid cuando sonaba el nombre de Míchel asociado con el término de entrenador. Sin embargo, desde hace menos de un lustro, el de Miguel Ángel Sánchez Muñoz 'Míchel' ha comenzado a ganar enteros por su buen hacer en los banquillos de Rayo y Girona.

Y después de la temporada pasada que firmó con el conjunto catalán y de su casi inmaculado arranque liguero este curso, donde ha conseguido hacerse con la primera plaza después de trece jornadas, su nombre está sonando con mucha fuerza en toda Europa. El madrileño ya dejó su clase como jugador en equipos como el Rayo Vallecano, Almería o el Málaga, pero con lo que está haciendo en Montilivi esta campaña se está situando ya en otro nivel.

Así, Jorge Valdano ha aprovechado para entrevistarle en el programa Universo Valdano. Y en él, el míster del Girona ha confesado cuál ha sido su momento más difícil como entrenador. Curiosamente, fue después de un éxito con el Rayo: "Tuve un ataque de ansiedad. Después de ascender, de esa presión que tienes... Fue ascender y derrumbarme. Me fui de vacaciones y a mi mujer le dije, llévame al hospital que me muero".

En dicha entrevista ofrecida por Movistar Plus+, Míchel también ha desvelado que ha necesitado ayuda profesional para seguir adelante: "Estuve tres años con el psicólogo, con el psiquiatra y poco a poco ya voy visualizando y mecanizando mucho mis pensamientos". En este sentido y ahora que va líder, ya sabe lo que tiene que hacer para intentar que no le vuelva a ocurrir: "Ahora intento y tengo mis herramientas para que no me vuelva a suceder".

Para él, un buen ambiente de trabajo es indispensable para tener salud mental y en el Girona lo tiene: "Tengo una capacidad de poder estar centrado en lo mío. No tengo problemas con la prensa, no tengo problemas con la afición. La dirección está 100% de acuerdo, la dirección deportiva más. Eso como entrenador es salud".

Después de un tercio del campeonato disputado y de lograr varias remontadas en este curso, sus miras están puestas en Europa. Y quizás, en la Champions League, aunque no lo confiesa por ahora: "Es merecido y tengo la sensación de que el equipo tiene respuesta, alma, personalidad... Tenemos claro lo que queremos hacer".

Ahora y tras el parón liguero, su equipo tendrá dos duros compromisos para mantener el liderato, ante el Athletic y frente al Valencia. Eso sí, lo hará en casa con un Montilivi en el que espera poder seguir haciendo historia.

Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram