La bronca paternal de Ancelotti a Rodrygo

“Tú, a mí me saludas”, le recriminó el italiano al jugador brasileño, en un gesto que presenció todo el mundo

La bronca paternal de Ancelotti a Rodrygo
Carlo Ancelotti. - UES
Gracia ÁvilaGracia Ávila 3 min lectura

Rodrygo cometió un error ante Carlo Ancelotti que prácticamente se ha vuelto viral. El incidente ocurrió en el partido de Copa del Rey frente al Villarreal, cuando el carioca fue sustituido con un 2-0 adverso en el marcador. El delantero tuvo un desliz que el italiano no dejó pasar por alto.

Cuando se dirigía al banquillo, el jugador pasó por delante del míster y no levantó la cabeza para saludarlo, cuando Carletto, como un padre que intenta educar a su hijo, le dijo: “Tú, a mí me saludas”. En principio parece que todo ha sido un calentón del partido y que la cosa ha quedado ahí, en un cabreo propio de un encuentro donde nada marchó bien para Rodrygo, una reacción fruto de la profunda frustración.

Allegados a Rodrygo aseguran que su ‘no saludo’ fue fruto de un enfado consigo mismo, ya que el atacante es un futbolista muy perfeccionista, que por encima de todo respeta la jerarquía y aprecia a Ancelotti.

Al parecer la historia no fue más que un despiste de un futbolista al que no le gustó el cambio, ni tampoco el papel que estaba desarrollando ante el cuadro de Quique Setién. Tal fue el rebote que obvió saludar al transalpino, un error que asume y que explica, asegurando que no hubo ninguna mala intención.

Muchos lo han interpretado como una reacción negativa por la sustitución, algo propio de un jugador ambicioso, pero de ahí a tratarse de una falta de respeto a Ancelotti hay una gran diferencia.

Los que conocen bien al jugador, además, aseguran que el ser tan minucioso le hace ser muy autocrítico a pesar de su juventud (22 años), y, en el momento del cambio, seguramente 'Rodry' estaba rumiando por no poder aportar más.

A pesar de esta anécdota, jugador y técnico pudieron disfrutar de la victoria final gracias al gol de Dani Ceballos, que salió desde el banquillo en el 55’ para revolucionar un partido que tenían los blancos muy cuesta arriba.

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