El Real Madrid entra en una racha preocupante bajo el mando de Xabi Alonso
El Real Madrid acumula tres partidos sin ganar entre LaLiga y Champions League, una dinámica que ha reducido su ventaja en el campeonato y ha encendido las alarmas sobre el rendimiento del equipo. El reciente empate ante el Elche y las dudas tácticas aumentan la presión sobre un proyecto que había comenzado con mejores sensaciones

El Real Madrid atraviesa un periodo delicado en plena fase decisiva de la temporada. El equipo dirigido por Xabi Alonso suma tres encuentros consecutivos sin conocer la victoria y, aunque continúa en lo alto de LaLiga y en posiciones privilegiadas en Champions League, la imagen ofrecida preocupa en el entorno del club. La trayectoria reciente contrasta con el escenario de hace apenas unas semanas, cuando el equipo mantenía una ventaja cómoda en el campeonato y mostraba una línea ascendente en su juego.
A comienzos de noviembre, tras un contundente triunfo ante el Valencia por 4-0 en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid disponía de cinco puntos de margen sobre sus perseguidores. Esa diferencia, que parecía una declaración de fuerza en un curso todavía largo, se ha reducido de manera significativa. Primero, el empate ante el Rayo Vallecano rebajó la distancia a tres puntos. Después, la igualada frente al Elche en el Martínez Valero, unida a la victoria del Barcelona ante el Athletic, dejó la ventaja en tan solo un punto cuando todavía restan veinticinco jornadas de Liga y varios compromisos de máxima exigencia, incluida una visita al renovado Camp Nou.
La mala racha comenzó en Europa
El origen del bache no está únicamente en la competición nacional. La secuencia de tropiezos se inició en la Champions, en el duelo disputado en Anfield. Tras encadenar tres victorias europeas, el Madrid cayó ante el Liverpool por 1-0, un marcador que, según las sensaciones del encuentro, pudo ser más amplio. Aquella derrota sembró dudas en un equipo que había mostrado regularidad hasta ese momento y que no logró reaccionar plenamente en los partidos posteriores.
En Elche, el conjunto blanco volvió a evidenciar problemas de control y organización pese al cambio de sistema. Xabi Alonso apostó por una defensa de tres, pero la estructura no ofreció la estabilidad buscada. El equipo local se adelantó en dos ocasiones, obligando a una reacción que solo se concretó gracias al gol de Jude Bellingham. Más allá del resultado, el rendimiento dejó la impresión de que el proyecto no atraviesa su mejor fase.
Señales inquietantes desde el vestuario
La victoria en ‘El Clásico’, que pudo interpretarse como un impulso decisivo, ha quedado ya muy lejos. Algunos medios de la capital han apuntado a un deterioro en la conexión entre el cuerpo técnico y la plantilla. Estas impresiones han generado inquietud también en la directiva. Las suplencias de Vinícius, difíciles de justificar por su peso en el ataque, han despertado dudas sobre la conveniencia de algunas decisiones tácticas. Kylian Mbappé asume buena parte de la responsabilidad ofensiva en un equipo al que le cuesta generar peligro sostenido.

La transición desde el modelo menos intervencionista de Carlo Ancelotti a la propuesta más metódica de Xabi Alonso no termina de asentarse. Jugadores que comenzaron la temporada en buen nivel, como Huijsen o Carreras, han experimentado un bajón notable. Courtois ha evitado males mayores en varios partidos, un factor que confirma que las sensaciones no son las de un equipo dominante.
El Madrid carece en estos momentos de una idea de juego clara, con una presión alta intermitente y escasa presencia de los futbolistas de segunda línea. El plan parece estancado cuando aún no se ha superado el primer tercio de la competición. La próxima prueba llega el miércoles, en un ambiente tan exigente como el del Karaiskakis ante el Olympiakos, donde el equipo buscará redimirse antes de que la preocupación se convierta en algo más profundo.