Aparece una solución para Saúl Ñíguez

La temporada 2024/2025 estaba llamada a ser la de la resurreción de Saúl Ñíguez. Nada más lejos. Es un futbolista que tocó la cima del fútbol de élite en años de lucimiento con el Atlético de Madrid y la selección española en los que recibió ofertas mareantes de grandes equipos europeos, pero acabó apostando por enlazar varias renovaciones y mejoras de contrato. A partir de ahí, caída en picado. Desapareció de los planes del Cholo Simeone, se pasó sin jugar toda la 21/22 en una desastrosa cesión al Chelsea FC y volvió a probar suerte en esta campaña en la que recaló en el Sevilla FC cedido aunque con planes de echar raíces en Nervión. Las cosas no han salido como se esperaban, ni mucho menos, y el jugador de 30 años ya sabe que no va a seguir en la capital andaluza ni tiene sitio en el club al que pertenece hasta 2026.

Su representante ya lleva semanas buscándole equipo y en éstas ha surgido la opción del Elche CF, donde Éder Sarabia le ha señalado como refuerzo ideal para la 25/26 y donde el centrocampista puede tener la oportunidad de ser profeta en su tierra. Salió de su cantera con sólo 11 años para irse al Alevín del Real Madrid y dos años después se cambió al Cadete colchonero. De llegar a buen puerto todo esto, sería la primera vez que Saúl defendería el escudo del club de su ciudad natal como profesional.

Todo le sale torcido a Saúl Ñíguez

Claro que habrá que esperar a ver que sucede en el desenlace de la LaLiga Hypermotion, porque la información detallada que ofrece Mundo Deportivo habla que esa vuelta a casa estaría supeditada a que los franjiverdes suban a Primera división, un logro que se complicó con el tropiezo de la semana pasada. El Elche CF tenía en su mano el billete para Primera división con el 0-1 que el pasado sábado reflejaba el marcador de El Alcoraz en el minuto 80; pero la SD Huesca acabó empatando y remontando con un golazo en el 93' para sacar momentáneamente a los ilicitanos de las dos plazas de ascenso directo. Así, arrancará esta penúltima jornada en zona de 'play-off', en la tercera posición, empatado a 71 puntos con el CD Mirandés y a dos del Levante UD, actual líder con 73. Y es que a Saúl Ñíguez le sale todo torcido.

Llegó al Sevilla FC arrastrando un partido de sanción con el Atlético, en su segundo partido como nervionense fue expulsado en Mallorca y sancionado con dos encuentros y, tras cumplir castigo, en su cuarto encuentro sufrió la lesión más grave de toda su carrera, una rotura muscular por la que estuvo nueve semanas fuera de los terrenos de juego. A su vuelta, García Pimienta le dio su sitio pero el centrocampista nunca ha encontrado un nivel óptimo y, pese a ser el mejor asistente nervionense con seis pases de gol, tras perderse una nueva jornada por ciclo de amonestaciones, acabó perdiendo la titularidad en las últimas citas con el catalán.

Joaquín Caparrós llegó al banquillo del Sánchez-Pizjuán como solución interina para los siete últimos encuentros y lo hacía con una reconocida intención de darle su sitio a los pesos pesados del vestuario: jugadores veteranos, con galones y con experiencia; pero entonces Saúl -un cedido que ha sido surrealista capitán de este caótico Sevilla- ha sufrido una tendinitis rotuliana en una de sus rodillas que le ha mermado hasta tener que perderse las dos últimas jornadas y no podrá despedirse del Sevilla FC vestido de corto.

En la firma de su contrato de cesión, con el Atlético pagando el 70 por ciento de su jugosa ficha anual (siete millones de euros limpios), se alcanzó también un pacto para seguir en el Sevilla FC en la 25/26. Es más, incluso estaba ya hablada la alta posibilidad de quedarse en nómina cuando terminase su contrato con los colchoneros en junio de 2026. Su nulo rendimiento, las críticas de la afición y los cambios que se avecinan en el banquillo y la dirección deportiva han girado los acontecimientos de manera radical. Lo que no ha cambiado es la idea de Diego Pablo Simeone de cerrarle la puerta de regreso e invitarle a buscar un nuevo acomodo. En Elche han sido los primeros en levantar la mano apelando a sus sentimientos.