Del Nido Carrasco y García Pimienta: de la renovación a la amenaza de despido, pero todo a destiempo

Desde el círculo más cercano al presidente nervionense admiten el malestar con el entrenador por lo que consideran una salida de tono en su valoración del mercado invernal, lo que propicia que ya no le vean como el mejor timonel, ni siquiera a corto y medio plazo

Del Nido Carrasco y García Pimienta: de la renovación a la amenaza de despido, pero todo a destiempo
Un momento de la presentación del catalán como nuevo entrenador sevillista en junio de 2024. - Lince

"Llevo 17 años en el fútbol y los entrenadores siempre quieren más y más. Hemos hecho un buen mercado de invierno, fichando lo que podíamos y no atendiendo ofertas por nuestros hombres más importantes. Estamos convencidos de que tenemos un grandísimo cuerpo técnico y una gran plantilla para afrontar lo que queda con garantías", explicaba ante los micrófonos de DAZN el presidente del Sevilla FC en los prolegómenos del encuentro del pasado domingo ante el FC Barcelona. Respondía José María del Nido Carrasco con palabras muy parecidas a las que luego utilizaba la mano derecha de Víctor Orta en la dirección deportiva, Gaby Ruiz: "Nosotros pensamos que la plantilla está bien y que tiene recursos para las distintas posiciones en las que a lo mejor nominalmente no hay dos jugadores, pero el plantel tiene recursos para competir. Y, por supuesto, contamos con el filial. Tenemos argumentos para competir bien en esta segunda vuelta; lo que tenemos que hacer es utilizar bien esos recursos". Dos horas y media después, García Pimienta no matizaba ya, sino que reculaba.

Así, el preparador catalán pasó de la crítica a sus superiores a la asunción con resignación del rol que le toca: "Mi responsabilidad es la de entrenar al equipo y que los jugadores rindan. No soy el responsable de firmar jugadores, sino el responsable de comunicar qué jugadores necesito. Me habría gustado tener al lateral izquierdo, más alguna posición en el centro del campo. Lo he transmitido al club, pero no es mi responsabilidad (traerlos o no). Tenemos una plantilla muy corta y un déficit con la lesión de Lokonga, Tanguy, AkorVamos a ir muy justos. Nos va a costar si no tenemos suerte con las lesiones o sanciones afrontar los partidos al cien por cien". Eso, el viernes a mediodía. Dos días y medio después, tras una llamada al orden seguro desde la planta noble, se achantó: "Estoy convencido de que el club ha hecho lo posible. Ahora, confianza máxima en lo que tenemos. Seguro que, entre todos, haremos una segunda vuelta muy buena y conseguiremos el objetivo".

Sin embargo, lejos de suponer esa lógica vuelta al redil del míster algo positivo, lo cierto es que se le mira con otros ojos. Incluso, al círculo más cercano a Del Nido Carrasco, que no tiene nada que ver con el consejo de administración, no le extrañaría nada que García Pimienta pase en apenas cinco meses de ser renovado de forma inesperada y extemporánea tras ganar su primer partido como sevillista en la quinta jornada ante el Getafe CF y a dos puntos del descenso, para sorpresa del propio vestuario, a estar en entredicho, con sus jefes 'in vigilando', pese a que sólo cayó ante el Barça desde la inesperada eliminación copera en Almería, a que llegó a superar en puntos al Real Betis dos años y medio después, y a que tiene un colchón de seguridad de seis puntos. La visita al colista Real Valladolid es un arma de doble filo. Como el Sevilla FC caiga, cualquier cosa podría ocurrir en este contexto actual de desapego.

Incluso la medida más drástica de todas, con un contrato que tiene más vías de escape que con sus antecesores en el banquillo. Lo que es seguro ya es que el presidente, gran valedor del ex preparador de la UD Las Palmas, incluso por encima de un Víctor Orta que lo tiene ya atravesado por lo que considera un ataque público innecesario, no lo ve ya con tan buenos ojos. La situación podría cambiar, pues, aparte de que ha obtenido rendimiento de varios futbolistas amortizados ya en Nervión para la mayoría (José Ángel Carmona, Kike Salas, Tanguy Nianzou), contado con la cantera y sido flexible con planteamientos y fe en el que rinde por delante de sus recomendaciones directas (caso de Peque), de Pimienta se valoraba que era un soldado, un hombre de club, un pacificador de entornos, como el sevillista, hostiles. Hasta el que viernes pasado arrojó gasolina y no agua al fuego avivado desde los medios, las redes sociales y la grada del Ramón Sánchez-Pizjuán.