Fernando Ruiz4 min lecturaEl Sevilla está echando mucho de menos esta temporada tanto a Diego Carlos como a Jules Koundé. Ambos jugadores llegaron a Sevilla en el verano de 2019 y se convirtieron en una de las parejas de centrales más sólidas del fútbol europeo y gracias a su gran rendimiento el equipo de Julen Lopetegui logró durante tres temporadas la cuarta plaza en LaLiga que le permitió jugar la Champions League, además de ganar en su primer año el título de la Europa League.
Después de tres años a un gran nivel, este verano ambos fueron vendidos, el de Barra Bonita por 31 millones fijos más cinco en variables al Aston Villa y el de París por 50 millones de euros más otros diez en variables pero más allá de la buena cantidad de millones que percibió el Sevilla, Monchi no acertó con los recambios. Marcao lleva casi toda la temporada lesionado y Nianzou todavía está pagando su juventud y adaptación a una liga tan competitiva como la española.
Todo ello ha hecho que evidentemente el sevillismo se acuerde y mucho de ambos, pero sobre todo de la contundencia y fortaleza del brasileño, dos características de la que ha carecido la zaga de Nervión durante toda esta temporada. Sin embargo, el año para Diego Carlos tampoco es que haya ido mucho mejor en Birmingham. El central fue titular en los dos primeros partidos de la Premier League y pero en tiempo añadido del segundo de ellos, frente al Everton, cayó lesionado de gravedad.
El exsevillista se rompió el tendón de Aquiles y desde entonces no ha vuelto a jugar. Era muy habitual verle en sus redes sociales compartiendo fotos y vídeos del largo proceso de rehabilitación y por suerte para él parece que está muy cerca de regresar a los terrenos de juego. De hecho, ya ha sido convocado en las dos últimas jornadas aunque Emery prefiere no arriesgar con el brasileño y todavía no lo ha hecho jugar, algo que posiblemente consiga ya a la vuelta del parón.
Un parón que el exsevillista ha aprovechado para volver a Sevilla, un ciudad que le marcó durante los tres años que vivió en ella y que aprovecha para visitar a la más mínima ocasión que tiene. Acompañado por su esposa Naiara, Diego Carlos tomó ayer un vuelo privado desde Birmingham que lo dejó en la capital hispalense ya cuando caía la noche. No perdió el tiempo el brasileño, que se marchó a la Plaza del Altozano para cenar con su pareja y disfrutar de la bonita noche sevillana. Así pues, no se sorprendan si este fin de semana ven a Diego Carlos paseando por las calles de Sevilla.