Dmitrovic y su recuerdo de Bono: "Estaba cabreado y me frustraba; era imposible jugar"

El serbio lamenta que pasaran "demasiadas cosas en tres años" como blanquirrojo, pero no culpa al marroquí: "Es una de las mejores personas que he conocido en el fútbol, un tío muy noble y un portero que se hizo 'Top' mundial"

Dmitrovic y su recuerdo de Bono: "Estaba cabreado y me frustraba; era imposible jugar"
Marko y Yassine tranquilizan a Navas tras una fea entrada de Miranda en el derbi de la 22/23. - Lince

Llegó al Sevilla FC en el verano de 2021, una ventana de transferencias donde muchos clubes pelearon por dos agentes libres más que apetecibles bajo palos: Marko Dmitrovic y Rui Silva. El serbio, que había destacado sobre todo en la SD Eibar a las órdenes de un José Luis Mendilibar que luego se encontraría en Nervión, sustituía a Tomas Vaclík, que se marchó al Olympiacos griego, para competir con Yassine Bono, mientras que el luso terminó en el Real Betis junto a Claudio Bravo. Ahora, tras desvincularse tras el descenso del CD Leganés, el de Subotica ha firmado por tres temporadas a sus 33 años con el RCD Espanyol, donde la sombra del ahora culé Joan García es alargada. Sin embargo, no han empezado mal ni el guardameta balcánico ni el cuadro 'perico', quinto en la tabla de Primera división tras sumar siete puntos de nueve posibles, ganando al Atlético de Madrid y al CA Osasuna (con portería a cero), amén de empatar en San Sebastián ante la Real Sociedad.

Dos años después de su adiós, Dmitrovic ha rememorado su paso por el Ramón Sánchez-Pizjuán en una entrevista con 'Catalunya Radio' donde no ha puestos paños calientes a su análisis, con un sabor agridulce, más agrio que dulce en realidad. "Pasaron demasiadas cosas en tres campañas. Al final, recuerdo muchas cosas positivas de la época en Sevilla, aunque es cierto que el último año fue muy difícil para mí a nivel personal y profesional. Optamos por que era lo mejor para todos que yo saliera del club y buscara otro equipo". Y es que el canterano del Estrella Roja nunca tuvo continuidad real con un entrenador de los muchos que tuvo en tan poco tiempo como blanquirrojo, una etapa saldada con apenas 53 partidos, en los que encajó 56 goles y dejó en 23 ocasiones su meta impoluta. Pero la competencia y la posterior desconfianza le 'mataron'.

"Conocía a Bono, pero en un año lo que mejoró antes de mi llegada al Sevilla FC fue brutal. Se convirtió en uno de los mejores porteros del mundo y, al final, yo estaba cabreado por no jugar, pero no podía; él estaba mejor cada semana, cada semana... y, joder, a mí en ese momento, sí, no te voy a engañar, me frustraba", añadía Marko sobre el internacional marroquí, que, claro, no tenía la culpa: "Es una de las mejores personas que he conocido en el fútbol, un tío muy noble y un portero que se hizo 'Top' mundial; lleva 6-7 años al máximo nivel mundial. Y yo te digo que, al final, aprendí mucho con él. Sí que me costaba aceptar el segundo rol, porque yo quería jugar todos los partidos, pero, joder, te digo ahora mismo que estaba por delante y era imposible jugar".