Dmitrovic, sin pelos en la lengua sobre su paso por el Sevilla

El meta serbio, que ha recuperado la felicidad en el Leganés, asegura que pasó tres años "muy duros" en Nervión, viviendo su peor momento cuando Mendilibar lo relegó a la suplencia la pasada campaña, lo que le dejó "sin ánimo y sin ganas"

Dmitrovic, sin pelos en la lengua sobre su paso por el Sevilla
Marko Dmitrovic es un fijo en la portería del Leganés. - CORDON PRESS

El pasado verano, Víctor Orta tuvo que afrontar una dura tarea para encontrar acomodo a todos aquellos jugadores que no entraban en los planes de García Pimienta. Entre ellos se encontraba Marko Dmitrovic, que después de tres temporadas en el Sevilla FC hizo las maletas para firmar por un año, más otro opcional, con el Leganés, donde ha recuperado su mejor nivel. A sus 33 años, el serbio está firmando una gran campaña y echando la vista atrás admite que su paso por Nervión estuvo lleno de momentos duros. Por ello, no tenía dudas de que la salida era lo mejor para todos, formalizándose la misma mediante un traspaso a coste cero que recogen algunas variables en función de su rendimiento, como sucedió también con su compañero Óscar Rodríguez.

"Terminé mi última temporada en el Sevilla y sabía que lo mejor para todos era que saliese. Ese último año fue muy difícil para mí a nivel personal y profesional... No es que perdiese las ganas de demostrar, pero sabía que tenía que salir, cambiar de aires y de volver a ser yo, porque yo sé que si estoy al 100% soy un portero muy bueno y muy fiable. En Sevilla, sobre todo en el último año, no podía demostrar lo que era y notaba que era momento de volver a encontrarme. No me vuelvo loco para saber las razones: puede ser que no fuese el equipo para mí, que necesitasen otro perfil de portero... Sabía que el club tampoco me iba a parar a la hora de cambiar de aires, porque ambos veíamos con buenos ojos salir", ha destacado el meta balcánico en una entrevista en Relevo.

Tras varios cursos a buen nivel en el Eibar, Dmitrovic aterrizó en el Sánchez-Pizjuán en el verano de 2020 como agente libre, pero la competencia con Bono le hizo pasar inadvertido en su primer ejercicio. "Después de muchos años, me encontré como portero suplente otra vez. No fue sencillo para mí, porque los tres años del Sevilla fueron muy duros, también con momentos puntuales buenos y positivos por los trofeos, pero el puesto de portero suplente es muy complicado. No puedes relajarte porque nunca sabes cuándo te va a tocar jugar y cuando te toque tienes que demostrar, y eso no es fácil si no tienes ritmo. En el segundo año, jugué bastante y le quité el puesto a Bono. Cuando se fue, sí que me vi proyectado como el número uno del Sevilla, pero en pretemporada pude hacerlo mejor, encontrarme mejor, confesó.

Autocrítico con su trabajo

Fue su ex técnico en Ipurua, José Luis Mendilibar, quien le dio una camiseta de titular por delante del marroquí. Pero a la temporada siguiente, lo volvió a mandar al banquillo para confiar en Nyland, desvelando que ese fue su peor momento. "Me puse una presión extra a mí mismo: 'Ahora tienes que brillar, tienes que demostrar'. Y no. Tengo que disfrutar día a día y luego las cosas salen. Ese es el camino correcto. Tenía que haber estado más focalizado a mi trabajo, pero no empecé bien. Estaba un poco frustrado porque no rendía bien. En el tercer año, cuando 'Mendi' me quitó, pasé un momento muy malo, sin ánimos y sin ganas. Tuve que reaccionar y no tenía tanta fuerza de revancha como otras veces. Estaba desgastado y era el momento de cambiar de aires", comentó.

No esperaba muchas ofertas

Pese a todo, Dmitrovic no culpa de la situación que vivió al club de Nervión y se alegra de haber pasado por sus filas. "No tengo nada que reprochar al Sevilla, fueron tres años maravillosos y son cosas del fútbol", apuntó al respecto, puntualizando además que "tampoco podía esperar muchas ofertas", aunque también lo tentó el Valladolid y un club de Arabia Saudí, decantándose finalmente por su desembarco en Butarque. "Quería ir al trabajo con sonrisa, competir, sobre todo, conmigo mismo, exigirme al máximo. Quería volver a ser el Marko de siempre, sentirme importante, volver a sonreír y trabajar duro, que es algo que en Sevilla perdí", sentenció.