Golpe en la mesa de Badé tras salir del Sevilla
El exsevillista ha superado el gran obstáculo del tempranero cambio de entrenador y brilló en su primera titularidad en el Bayer por diversas razones que ya asombran en la Bundesliga

Loïc Badé se vio obligado muy a su pesar a hacer las maletas este verano ante la necesidad del Sevilla de aliviar sus cuentas y su tope salarial con su venta multimillonaria. Tras tumbar varios acuerdos como el alcanzado entre clubes con el Bournemouth de la Premier, al francés sí se le sedujo el vivo interés del Bayer Leverkusen y la posibilidad de disputar la Champions, por lo que dio luz verde para que el Sevilla pactara su venta por 29 millones más cuatro en variables.
Lo que no sabía el francés era que al poco de aterrizar en el Bay Arena se encontraría con un primer duro obstáculo que superar al ser destituido de forma fulminante su gran valedor, el técnico Erik Ten Hag tras solo 98 días en el cargo y tres partidos oficiales. Desperdiciar una ventaja de 1-3 contra el Werder Bremen precisamente en el debut del exsevillista -entró en el campo en la segunda parte- fue el detonante.
No fue el mejor estreno para Badé, pues el rival marcó los dos goles para empatar con él en el césped y le tocaba empezar de cero con otro entrenador, siendo el elegido durante el parón el danés Kasper Hjulmand. Un revés que no ha supuesto un problema para Badé, que no ha tardado en despejar cualquier tipo de duda sobre su rol en el Bayer, pues el nuevo técnico apostó por él en el primer compromiso tras el paréntesis internacional y no defraudó lo más mínimo.
De ese modo, Badé partió de inicio y completó el choque en la victoria en casa contra el Eintracht por 3-1 y, pese a ser un recién llegado, ya asumió el rol de líder en el eje de la zaga alemana en un partido difícil por las dos expulsiones sufridas por los locales Robert Andrich y Equi Fernández.
El francés se multiplicó y en inferioridad ganó el 64% de los duelos para hacer olvidar por completo a Jonathan Tah, pues, además, ordenó la defensa y realizó múltiples coberturas que provocó que su propio compañero Grimaldo le aplaudiera en más de una ocasión por apagar fuegos también fuera de su zona.
Su adaptación ha sido rapidísima, favorecido por su facilidad para hablar inglés y español además del francés natal, lo que le permite comunicarse a la perfección con sus compañeros, y la realidad es que ya le llueven elogios desde todos los frentes. Tanto los medios como la afición coinciden en que ha sido un acierto su fichaje, respaldados por voces internas del club, como la de Simon Rolfes, el director deportivo del Bayer: "Era clave fichar a un jugador que quisiera asumir el liderazgo”.
Badé ha superado un primer gran bache y va camino de consolidarse en la defensa teutona de cara al Mundial 2026.