Suso, Saúl, Marcao... y Richi Serrés, los 'tiros en el pie' de García Pimienta
El coach mental que incorporó el catalán a su 'staff' en Nervión no fue el detonante, pero sí la gota que colmó el vaso de la desconfianza no sólo de los capitanes, sino también de otros jugadores de peso

Al final, los resultados condenaron a García Pimienta, despedido tras encajar en Mestalla la cuarta derrota consecutiva, si bien la decisión se precipita por más factores. Nunca hubo un bajón tan acusado, cierto, aunque Del Nido Carrasco accede a la destitución y, en cierta forma, recula tras una renovación intempestiva e innecesaria en la quinta jornada al pulsar la opinión de los capitanes, que le certificaron que el míster barcelonés ya no contaba con el crédito del vestuario. Sus diferencias con varios de los capitanes (Nemanja Gudelj no fue nunca en contra de sus compañeros, aunque la voz cantante en esas charlas que afearon el trabajo del 'staff' la llevaron Suso Fernández y Saúl Ñíguez, mientras que Marcao Teixeira se sintió apartado 'de facto') por la falta de trabajo físico en los entrenamientos, los bandazos tácticos de una jornada a otra y durante un mismo partido, así como la inclusión de un personaje excéntrico y con un carácter "peculiar" como Richi Serrés, los grandes 'tiros en el pie' del ex de la UD.
Ya en Gran Canaria, la figura del doctor en Psicología del Aprendizaje Humano, licenciado en Educación Física y entrenador superior de baloncesto no caló en todo el vestuario. Cierto es que sí labró una gran amistad con gente de peso en el equipo amarillo, aunque ya no estuvo en el equipo técnico de la pasada campaña en Primera división por petición de algunos miembros del plantel insular. Pimienta lo incluyó a su llegada a Nervión entre sus colaboradores más directos, junto a Álex García, Albert Peris y David Gómez, este último heredado de la etapa de Pepe Mel. Y el encaje de quien fuera asesor de la nadadora Mireia Belmonte y, en París 2024, de la selección española de waterpolo, que se alzó con la medalla de oro, tampoco fue sencillo aquí. Y eso que los hay que sí valoran su labor, aunque son los menos y prefieren no elevar ahora la voz. Para ser justos, Serrés no fue el detonante, aunque sí la gota que colmó el vaso de la desconfianza de los hombres fuertes en blanquirrojo.
Suso destapó esta semana la caja de los truenos al desvelar que su ostracismo esta temporada no tuvo nada que ver con que no aceptara una salida en verano ni en enero, ni con las lesiones, sino que era "un tema personal" con el ya ex entrenador, que desde muy pronto le habría hecho la cruz. La discusión se habría originado por solicitar el gaditano un cambio en las sesiones que dotara al equipo del empaque y la resistencia que le faltaba en muchos partidos, aunque otras fuentes atribuyen el descuento del extremo y mediapunta por su afán de 'puentear' a García Pimienta, hablando con sus superiores para que éstos le convencieran. Al mismo tema, las dudas sobre la parcela física y sus decisiones técnicas, atribuye igualmente Saúl que pasara de indiscutible a suplente, al tiempo que otros se desengañaron al ver los cambios de registro del entrenador en privado y en público, donde les 'vendía' alguna vez, o bien les halagaba cuando en las distancias cortas apenas les dirigía la palabra.
