El zasca de Erik Lamela

Un seguidor critica su ausencia de la mini pretemporada diseñada por Sampaoli, con dobles sesiones casi a diario, por su reciente paternidad, aunque el extremo del Sevilla FC se defiende con la misma contundencia

El zasca de Erik Lamela
El atacante ex del Tottenham, animando a la Albiceleste desde casa durante este Mundial de Qatar. - @ErikLamela
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura

Es de los menos sospechosos de esconderse, mirar para otro lado o quitar la pierna. Por lo tanto, seguramente sea quien menos merecía el dardo que le mandó, vía Twitter, un seguidor sevillista, con información directa o indirecta, pero incompleta, sobre los entrenamientos que se están desarrollando estos días en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios. Y es que, antes de los dos amistosos contra el Mónaco (el miércoles 7-D, a las 20:00 horas, en el Ramón Sánchez-Pizjuán) y el Benfica (en el Algarve, el domingo 11-D), Jorge Sampaoli ha diseñado una exigente mini pretemporada, con dobles sesiones prácticamente diarias, para exprimir a una plantilla que tiene que adquirir sus nociones tácticas, claro, pero que no pasa tampoco por su mejor momento físico.

Con Delaney y Alex Telles convalecientes de sus lesiones durante el Mundial y lógicamente ausentes, el de Casilda ha ido recuperando efectivos, de tal manera que en la última sesión de la semana se ha podido ver ya a Jesús Navas, que se marchó tocado a principios de la misma, mientras que Tecatito Corona y Marcao, los que tenían más tiempo de baja, ya tocan balón, lo mismo que un Fernando que va ganando ritmo y confianza. El que no comparecía sobre el césped es Erik Lamela, que el pasado martes presentaba en sociedad vía redes sociales a su tercer hijo, una niña en este caso, Amelia, con lo que los técnicos tuvieron la deferencia de dejare disfrutar unas horas de ella. Algo que no ha entendido todo el mundo.

Un tuitero se llevaba las manos a la cabeza por que el argentino tuviese un permiso de paternidad en las circunstancias en que está el Sevilla, teniendo en cuenta que "el entrenamiento dura normalmente una hora y media", recelando de los que le recordaban que en España puede exigir perfectamente sus 16 semanas, como la madre, como marca la Ley, a lo que el denunciante añadía que "ni que trabajara en Carrefour". Esto es "lo nunca visto". Y tiene razón, al menos en la duración de estas licencias retribuidas, recogidas en el Estatuto de los Trabajadores, pero que en el deporte de elite suelen transformarse en unos días, lo justo para acompañar a sus parejas y conocer al bebé, dado que la vorágine de la competición no permite bajas más largas, pues perderían forma y ritmo.

En una explicación muy aplaudida por sus seguidores, sevillistas y aficionados argentinos, Lamela comentaba que no se había 'escaqueado' de las sesiones para estar con su esposa, sus dos hijos y la recién nacida, sino que ha estado trabajando toda la semana en doble turno, pero en el gimnasio, ya que se estaba recuperando de "una pequeña lesión muscular", por lo que instaba a la persona que le señalaba que quizás debería informarse mejor "antes de hablar por hablar". Un zasca en toda regla de quien, y hay que repetirlo, será probablemente de los menos sospechosos del vestuario del Sevilla.

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