Le ha dado Carlos Corberán la razón a Peter Lim, arribando a Mestalla como un auténtico revulsivo para un Valencia CF que agonizaba en la clasificación de Primera división y que ahora sigue vivo en la difícil lucha por la salvación, sin descolgarse en los puestos de descenso, como todos temían cuando el de Cheste arribó para suplir en el banquillo che a Baraja.
Con Corberán al frente del banquillo, el Valencia CF ha cosechado once puntos vitales en siete partidos. Un bagaje de tres victorias, dos empates y dos derrotas que han dado alas al conjunto valencianista, ahogado en las restricciones económicas de Peter Lim, quien prepara la venta del Valencia CF y su marcha de la capital del Turia, a la que hace años que no va.
Corberán le ha dado otra imagen al Valencia CF, consiguiendo darle la vuelta al calcetín en un equipo abocado al fracaso, sin un rumbo ni una idea fija. Pese a que sigue en puestos de descenso, las sensaciones son otras en Mestalla y la salvación, hoy por hoy, se antoja factible. Un paso obligado para los planes de Peter Lim y el futuro del valencianismo, pues la permanencia en Primera se antoja obligado para la venta del club, un negocio que el empresario singapurense ha tasado en más de 400 millones de euros, más las deudas que atesora la entidad. Los documentos de venta ya están redactados, a la espera de un comprador que se convierta en nuevo dueño del Valencia CF y al que ya le ponen nombre.
El negocio en torno al Valencia CF, ahora, está en el Nuevo Mestalla, tal y como resalta el diario Las Provincias. Las obras del nuevo estadio de la avenida Cortes Valencianas tras 15 años paradas. La parcela inmobiliaria es el gran objetivo de Meritoon. Lim ha presentado un nuevo proyecto, tras forzar por incumplimiento la caída de la ATE. Poco o nada tiene que ver el nuevo con el original, consiguiendo una licencia de obras para terminar el estadio, por el que se ha pedido un préstamo de 325 millones de euros. Todo un riesgo si el Valencia CF pierde la categoría, pues su futuro sería inviable.
Por ello, de la desinversión del inicio de la temporada se ha pasado al esfuerzo económico de este enero, en el que se ha contratado al nuevo entrenador vía cláusula y se ha despedido a Baraja pagando un finiquito importante. En materia de fichajes no se ha hecho un elevado dispendio, aunque sí se ha abierto la mano en lo que al límite salarial retenido se refiere. El negocio de Peter Lim cobra ya forma; un auténtico pelotazo que denuncia la oposición en el Valencia CF.