Ferrari se radicaliza en Monza
Ferrari prepara un SF-25 ultraligero y aerodinámico para desafiar a McLaren en Monza, con la vista puesta en una victoria que podría marcar la temporada

Ferrari ha cerrado el capítulo de Zandvoort y mira ya hacia Monza con un enfoque estratégico y técnico impecable. Tras un GP de Países Bajos marcado por el doble abandono, que dejó a la Scuderia sin puntos en el campeonato de constructores, la escudería italiana centra todos sus esfuerzos en la carrera de casa. El Templo de la Velocidad, con más de 300.000 espectadores esperándolos, será el escenario donde Charles Leclerc y Lewis Hamilton, que tendrá que hacer frente a una sanción, intentarán poner a prueba un SF-25 optimizado para la máxima eficiencia y velocidad.
Monza, la oportunidad perfecta
Monza se presenta como un trazado ideal para minimizar las debilidades del SF-25 y potenciar sus fortalezas. La Scuderia confía en que su puesta a punto de baja altura y aerodinámica reducida pueda ofrecer una ventaja clave frente a McLaren y Red Bull. Tras los tests realizados en Fiorano y Budapest, los ingenieros de Ferrari, liderados por Loic Serra, han trabajado en alerones traseros con perfiles planos y flaps más cortos, buscando un equilibrio entre la mínima resistencia y la carga suficiente para mantener el coche estable a alta velocidad. Este enfoque podría convertirse en la carta decisiva para aspirar a la victoria en la pista más rápida del calendario.

Preparación y pilotos listos para el reto
Charles Leclerc, que participó en los tests de Budapest, se ha adaptado al SF-25 en su versión más ligera, por lo que debería sentirse cómodo desde los primeros entrenamientos libres. Lewis Hamilton, en cambio, estrenará la configuración de baja carga, lo que supondrá un desafío adicional, sumado a la penalización de cinco puestos que arrastra por la sanción en Zandvoort. La combinación de ambos pilotos será clave para intentar neutralizar el dominio de McLaren y el imparable Red Bull de Max Verstappen.
El enfoque de Ferrari es claro: no se trata de un juego de despiste, sino de un ataque a fondo desde el primer momento del GP. La estrategia de mínima carga aerodinámica y alerones reducidos busca maximizar la velocidad en recta y mantener la competitividad en las curvas rápidas, un equilibrio que podría decidir la carrera.
Con el SF-25 listo para Monza y un plan ambicioso sobre la mesa, Ferrari aspira a volver a lo más alto del podio en su Gran Premio de casa. La clave será ver si la innovadora configuración y la experiencia de sus pilotos logran superar a los rivales más fuertes y devolver la Scuderia a la senda del triunfo.