La gran bestia del ciclismo mundial destroza en su regreso

Mathieu Van der Poel ha dado comienzo a su temporada este miércoles en el GP de Le Samyn y lo ha hecho a lo grande, con un triunfo brutal en el que no ha dado opciones a sus rivales

La gran bestia del ciclismo mundial destroza en su regreso
Mathieu Van der Poel tras ganar el GP de Le Samyn 2025 - Cordon Press

Cuando hablamos de carreras ciclistas de un día no hay un solo corredor que sea mejor que Mathieu Van der Poel y así lo ha demostrado en los últimos años, donde colecciona éxitos uno tras otro. Flandes, Roubaix, el Mundial o lo que se le ponga por delante, el del Alpecin es un absoluto toro que tiene mucha facilidad en este tipo de eventos. El problema es que se prodiga poco y es muy selectivo con los días que compite, por eso cualquier oportunidad es buena. Así que cuando anunció que iba a estrenar su temporada en el Gran Premio de Samyn, el evento belga ganó en relevancia y el neerlandés ha cumplido con las expectativas.

Van der Poel llegó a última hora, pero no le importó y con una fortaleza superior se impuso en un magistral esprint tras 199,1 kilómetros. La estrella de 30 años, excampeón mundial de ruta una vez, siete de ciclocrós y otra de gravel, dominó la carrera a su antojo. Primero se probó de lejos y controló la llegada para su equipo, pero en primera persona se impuso con autoridad al esprint tras casi 4 horas y 20, certificando su primera victoria en su estreno de la temporada. Una inyección de moral ante las clásicas de primavera y la muesca número 51 de su palmarés. Y aunque desde la distancia, tuvo competencia y en Le Samyn batió por velocidad a los franceses Paul Magnier y Emilien Jeanniere.

Todos contra la bestia

Se formó una fuga de inicio, pero desde el primer momento quedó claro que el pelotón no iba a permitir demasiadas alegrías, sobre todo el Alpecin de Van der Poel, que asumió el control de la situación en carrera. El primer movimiento clave fue la aceleración del propio Mathieu a 65 de meta, lo que encendió la alarma en el pelotón. Un ritmo elevado acabó de fulminar a los fugados a 56 de meta. Y a partir de ahí se fueron sucediendo los ataques, siempre condicionados por la reacción de Van der Poel, que daba la sensación de controlar la situación a su antojo.

Pero la estrella se relajó y se escondió, dejando trabajar a su equipo e incluso persiguiendo una pequeña fuga. Pero a 10 de meta, con el grupo a toda mecha, volvió a aparecer al frente, en posiciones de disputar la carrera, pero ya con el marcaje de todos los rivales, atentos al esperado zarpazo del excampéon del mundo. Pero esperó y el movimiento clave fue para conseguir la victoria. Van der Poel atacó en el último ascenso adoquinado, se puso en cabeza y lanzó su ataque, que no pudo ser contestado por sus rivales. La mejor forma de comenzar la temporada.