Una victoria brillante y con moraleja

Quién lo iba a decir. Después de haber sido vapuleado en Oporto, el Sevilla le dio la vuelta a la tortilla con un golpe de autoridad y está en semifinales con todo merecimiento. Tan cierto es que las bajas de Fernando y Jackson Martínez restaron potencial a los portugueses como que la actitud del conjunto nervionense no tuvo nada que ver con la del partido de ida. Ayer no hubo complejos ni temores, y sí buen fútbol y confianza ciega en una remontada que parecía muy difícil.
Y es que cuando este Sevilla mira a los ojos a sus oponentes y extiende el brazo para proponer un pulso, puede derrotar a cualquiera, tal y como pueden corroborar el Madrid, la Real Sociedad o el propio Oporto, por poner algunos ejemplos recientes. Sin embargo, cuando especula, sestea y tontea con los marcadores, puede sufrir reveses como el de Balaídos o batacazos como el sufrido en la Copa del Rey. La moraleja está muy clara.
Y es que cuando este Sevilla mira a los ojos a sus oponentes y extiende el brazo para proponer un pulso, puede derrotar a cualquiera, tal y como pueden corroborar el Madrid, la Real Sociedad o el propio Oporto, por poner algunos ejemplos recientes. Sin embargo, cuando especula, sestea y tontea con los marcadores, puede sufrir reveses como el de Balaídos o batacazos como el sufrido en la Copa del Rey. La moraleja está muy clara.