Sevilla FC-CD Leganés (2-0): Cuando el éxtasis se hace cotidiano

Sevilla FC-CD Leganés (2-0): Cuando el éxtasis se hace cotidiano
- Fernando Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 7 min lectura
Otra final. Y van... Qué sana costumbre esa de celebrar noches mágicas en Nervión. Hasta en una temporada irregular, el Sevilla le regaló a su gente una inmensa alegría. Un triunfo sufrido, basado en la entrega de un equipo que sacó su gen competitivo y ya espera rival -Barça o Valencia- para batirse el cobre en la final de Copa el sábado de Feria. Casi nada.

Con el esperado once tipo, Sergio Rico incluido, el Sevilla contó desde el minuto uno con el aliento de una grada entregada. No hubo el más mínimo reproche por el ridículo de Ipurua. No era el momento. Y Nervión, tan sabio en partidos de esta índole, empujó y empujó para insuflarle fuerzas a un Sevilla falto de ideas en muchos momentos ante la presión adelantada del Leganés.

De inicio, mientras los de Montella trataban de hacerse con el balón y pecaban de una excesiva horizontalidad en su juego, los pepineros, obligados a marcar tras el 1-1 de la ida, salían veloces y con pocos toques, haciendo estragos El Zhar por el perfil de Escudero. Así fabricó el conjunto madrileño su primera ocasión a los tres minutos, pero el disparo de Beauvue, que se adelantó bien al primer palo tras el centro del marroquí, se fue alto.

Respondía el Sevilla con la misma presión y un centro de Correa que no halló rematador. Pero la clave de la jugada había estado en el robo de Muriel. El colombiano era sin duda el más enchufado de los suyos, peleando cada balón como si fuera el último. Y de sus botas, precisamente, nació la acción que ponía por delante a los nervionenses y bocabajo la ´Bombonera´ al cuarto de hora.

Hasta entonces, era el Leganés el que llegaba con facilidad mientras el Sevilla, con Banega muy vigilado, no hallaba huecos. Pero Muriel destapó la chistera al irse con calidad de Siovas en banda derecha y, aunque su primer intento de pase se topó con Diego Rico, puso el ímpetu que Montella le ha inyectado para conseguir poner el balón atrás y que Correa marcase a placer.

El gol parecía dar tranquilidad a los blanquirrojos, que tocaban con más seguridad pero con la misma falta de remate. Seguía faltando claridad y profundidad arriba y eso se pagaba con la ausencia total de ocasiones, lo que aprovecharon los pepineros para retomar su plan inicial. Al fin y al cabo, seguían obligados a marcar. Y lo buscaron pasada la media hora merced a un despiste defensivo sevillista que acabó en córner y en la posterior salida de puños de Rico sin demasiada confianza.

Más peligro llevó el cabezazo desviado de Beauvue en el 35´, No estuvo especialmente firme Lenglet. Pero de nuevo en un momento crítico, con el Leganés creciéndose, Muriel se crecía y tiraba de potencia para colarse en el área y conectar con Banega. El argentino, sin embargo, disparaba flojo y un defensor abortaba el peligro bajo palos, como hizo también Tito al filo del descanso tras un cabezazo bombeado de Escudero.

La tensión se palpaba en el ambiente. Por lo ajustado del resultado, por el bravo rival que había enfrente y por que el Sevilla no daba muestras de tenerlo todo controlado. Así arrancó el segundo acto, con llegadas inquietantes del Leganés, como la falta lanzada arriba por Beauvue o el disparo de Rubén Pérez que se marchó fuera por poco en el 58´.

Pero superado ese sufrido primer cuarto de hora, el Sevilla sacó ese gen competitivo que sabe sacar como pocos en los momentos decisivos. Apretó los dientes, se puso el mono de faena y bajó al barro en el que quería jugar su adversario, con un partido trabado en el que Banega, imperial, las robaba todas y Navas -grande de lateral- amargaba al peleón y cada vez más ofuscado Amrabat.

En ese escenario, defendiendo con cinco tras la entrada de Layún, las contras nervionenses amenazaban con matar el partido y la eliminatoria. Estrada no vio la clara falta de Muriel cuando se encaminaba al arco rival en el 61´ y Sarabia lo intentaba poco después con un chut lejano desviado por Champagne.

Sin embargo, los minutos corrían y el Leganés, cada vez con menos argumentos, seguía vivo. Aún sin sufrir realmente, afloraban los nervios. Pero el Pizjuán se levantó para rugir y darle el último aliento a los suyos, dándole fuerzas al ´Mudo´, tantas veces criticado por su apatía, para culminar una contra en el último minuto, tras el toque previo de Sandro, con un golazo por la escuadra.

El final perfecto. Soñado. Nervión estallaba de júbilo. Otra final. Otro masivo desplazamiento. Otra vez a luchar por un título... Qué diferente significado adquiere ese cántico de los noventa en el que el sevillismo entonaba eso de "¡otro año igual!"... ¿Serán blanquirrojos los fuegos de la Feria en el Real?

- Ficha técnica:

2 - Sevilla:
Sergio Rico; Jesús Navas, Mercado, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Éver Banega (Pizarro, m.84); Sarabia (Layún, m.74), Franco Vázquez, Correa; y Muriel (Sandro, m.80).

0 - Leganés: Champagne; Tito (Mantovani, m.84), Unai Bustinza, Siovas, Diego Rico; Rubén Pérez, Gabriel Pires; El Zhar, Eraso (Darko Brasanac, m.58), Amrabat (Raúl García, 73); y Beauvue.

Goles: 1-0, M.15: Correa. 2-0, M.89: Franco Vázquez.

Árbitro: Xavier Estrada Fernández (Comité Catalán). Amonestó al visitante Amrabat (m.50).

Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos cuarenta mil espectadores, entre ellos cerca de medio millar concentrados en la zona acotada para la afición visitante.
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