En un partido con tantos intercambios de golpes, con las bandas percutiendo en un constante ida y vuelta, con las defensas imponiéndose a los delanteros con mucha claridad y con ambos equipos sufriendo la dificultad de enlazar varios pases ante la feroz presión de unos y otros, destacó sobremanera la frialdad, la pausa y el inagotable repertorio de recursos técnicos que tiene Franco Vázquez, que se convirtió ayer en una bombona de oxígeno para sus compañeros sobre el césped de Anoeta.
Cuando el Sevilla se atascaba y no sabía lo que hacer se la daba al 'Mudo', que la protege a la perfección -pocos futbolistas usan el cuerpo con tanta inteligencia- hasta encontrar la mejor salida de balón. Y si no encuentra a un compañero al que poder dársela, la muestra, la esconde, la pisa, tira un caño...
El argentino tiene una lista de maneras para salir hacia adelante y ganar metros para que su equipo respire. Abre campo, hace participar y, si le dejan, llega con peligro desde atrás. Pasa por un gran momento.