Un freno menos al rastrear el mercado

El fútbol español ya ve la luz al final del túnel. Con el permiso del Gobierno para reanudar las competiciones a partir del próximo 8 de junio, los clubes respiran aliviados al comprobar que el regreso está más cerca, lo que ayudará a mitigar, gracias al dinero de las televisiones, las importantes pérdidas económicas derivadas de las medidas adoptadas por la pandemia de la covid-19, y que afectarán al ticketing (abonos y taquillas), el merchandising o los patrocinios.
Sea como fuere, tocará apretarse el cinturón. Y es por ello que no se esperan grandes dispendios en el próximo mercado de fichajes. Como ha admitido el propio Monchi en una de sus ya famosas masterclass, el coronavirus le ha obligado a cambiar su planificación. No se espera una gran revolución, pese a que la reconstrucción que inició el verano pasado se quedó a medias, pero hay ciertos puestos que deben ser reforzados sí o sí.
Se busca un portero que compita con Vaclik, pues no se ejecutará la opción de compra de 4 kilos por un Bono que no ha convencido; también deben llegar laterales, pues en la diestra está solo Navas y en la izquierda, Reguilón acaba su préstamo y Escudero podría salir al ver descender su protagonismo. También algún central, pues sólo hay tres y uno de ellos es un Sergi Gómez con el que no se contaba a principios de curso, aunque ha convencido cuando ha tenido la oportunidad.
Y además del relevo de Banega en la medular, posiblemente la tarea más complicada para Monchi, tocará reforzar las bandas ante la marcha segura de Nolito y el fiasco con Rony Lopes. Todo ello, sin descartar un retoque en punta si Munir, con bastante mercado y sin la confianza de Lopetegui, hace las maletas.
El número de incorporaciones, por tanto, se antoja pese a todo importante, y aumentará o disminuirá en función de que haya ventas millonarias (Diego Carlos u Ocampos) y de la decisión con jugadores como el Mudo Vázquez, que entrará en su último año de contrato.
Por otro lado, de los muchos cedidos, pocos tienen opciones reales de continuar, siendo Gnagnon o Carlos Fernández los que más papeletas tendrían para ahorrarle un fichaje a Monchi, que, dentro de este escenario tan incierto, se mueve al menos sin tanto freno al tentar a jugadores que ocupan plaza de extracomunitarios.
Actualmente, el Sevilla sólo tiene ocupada una de las tres plazas de extranjero permitidas, con el brasileño Diego Carlos, puesto que Ocampos tiene una tarjeta de residencia de familiar comunitario, al ser su esposa española, y otros suramericanos poseen doble nacionalidad: italo-argentina en el caso del Mudo Vázquez o luso-brasileña en el de Fernando; mientras que el marroquí En-Nesyri cuenta como comunitario por el acuerdo de Cotonou.
De este modo, Monchi aún podría cerrar dos contrataciones de jugadores sin pasaporte europeo, como es el caso del extremo uruguayo Brian Lozano, que ya ha asegurado que le "encantaría" vestir de blanquirrojo tras ser vinculado. De momento, ED ha podido saber que se trata de un ofrecimiento que gusta, aunque Monchi tiene que afinar muy bien en esas dos plazas que le quedan de extracomunitario y eso juega en contra del charrúa.
Sea como fuere, tocará apretarse el cinturón. Y es por ello que no se esperan grandes dispendios en el próximo mercado de fichajes. Como ha admitido el propio Monchi en una de sus ya famosas masterclass, el coronavirus le ha obligado a cambiar su planificación. No se espera una gran revolución, pese a que la reconstrucción que inició el verano pasado se quedó a medias, pero hay ciertos puestos que deben ser reforzados sí o sí.
Se busca un portero que compita con Vaclik, pues no se ejecutará la opción de compra de 4 kilos por un Bono que no ha convencido; también deben llegar laterales, pues en la diestra está solo Navas y en la izquierda, Reguilón acaba su préstamo y Escudero podría salir al ver descender su protagonismo. También algún central, pues sólo hay tres y uno de ellos es un Sergi Gómez con el que no se contaba a principios de curso, aunque ha convencido cuando ha tenido la oportunidad.
Y además del relevo de Banega en la medular, posiblemente la tarea más complicada para Monchi, tocará reforzar las bandas ante la marcha segura de Nolito y el fiasco con Rony Lopes. Todo ello, sin descartar un retoque en punta si Munir, con bastante mercado y sin la confianza de Lopetegui, hace las maletas.
El número de incorporaciones, por tanto, se antoja pese a todo importante, y aumentará o disminuirá en función de que haya ventas millonarias (Diego Carlos u Ocampos) y de la decisión con jugadores como el Mudo Vázquez, que entrará en su último año de contrato.
Por otro lado, de los muchos cedidos, pocos tienen opciones reales de continuar, siendo Gnagnon o Carlos Fernández los que más papeletas tendrían para ahorrarle un fichaje a Monchi, que, dentro de este escenario tan incierto, se mueve al menos sin tanto freno al tentar a jugadores que ocupan plaza de extracomunitarios.
Actualmente, el Sevilla sólo tiene ocupada una de las tres plazas de extranjero permitidas, con el brasileño Diego Carlos, puesto que Ocampos tiene una tarjeta de residencia de familiar comunitario, al ser su esposa española, y otros suramericanos poseen doble nacionalidad: italo-argentina en el caso del Mudo Vázquez o luso-brasileña en el de Fernando; mientras que el marroquí En-Nesyri cuenta como comunitario por el acuerdo de Cotonou.
De este modo, Monchi aún podría cerrar dos contrataciones de jugadores sin pasaporte europeo, como es el caso del extremo uruguayo Brian Lozano, que ya ha asegurado que le "encantaría" vestir de blanquirrojo tras ser vinculado. De momento, ED ha podido saber que se trata de un ofrecimiento que gusta, aunque Monchi tiene que afinar muy bien en esas dos plazas que le quedan de extracomunitario y eso juega en contra del charrúa.