Real Sociedad-Sevilla FC: Prevalece la esencia (0-0)

Real Sociedad-Sevilla FC: Prevalece la esencia (0-0)
- Álvaro Palomo
Lopetegui ha impregnado a su Sevilla de una esencia de la que nunca su desprende. Que prevalece sobre los nombres, sobre cualquier otra virtiud, intrínseca en un carácter completamente definido que ya inspira absoluto respeto en LaLiga. Es un equipo completamente hecho, maduro, con conceptos interiorizados, que responde como un bloque sea quien sea el que lo componga. Y por esto mismo no pierde desde febrero, porque, aunque la ausencia de puntales reste profundididad o clarividencia, como hoy, el Sevilla nunca se descompone y siempre rasca algo pese a que la motivación de la Real resultara mayor.

Queda el amargor de que podría haber ganado con una pizca más de atrevimiento, pues pudo hacerlo sin haberlo exhibido en la mayor parte del partido con una opción de Ocampos al final, si bien resulta obvio que sobre esta base tan sólida el potencial de desarrollo se antoja mayúsculo. Porque sin brillar nunca termina de vacío y cada vez precisa menos para conseguir más merced a la cantidad y calidad de trabajo realizado con un equipo remodelado el pasado verano.   


Descanso para tres puntales

Una vez certificada la clasificación para la Champions, se preveía que Lopetegui introduciría cambios en el once y que concedería descanso a baluartes muy cargados de minutos, y así fue. De esa forma, reservó de inicio a tres puntales como Diego Carlos, Fernando y Ocampos, pero sí mantuvo a Navas y Koundé, pues no dispone de más efectivos en la retaguardia.

En el centro del campo prescindió de Banega, muy activo en los dos últimos partidos, y conformó un centro del campo con Gudelj y Jordán y la novedad de Mudo como titular, con la misión de genenar junto a Óliver Torres, que parte del flanco izquierdo, y Suso, desde la derecha, dejando expeditos ambos carriles para las subidas de Navas y Reguilón. Arriba, tras apostar por Munir ante el Mallorca, Lopetegui se decantó por En-Nesyri, autor del 2-0 el domingo.

Con un 4-2-3-1 perfilado, el Sevilla halló problemas de inicio para salir de atrás por la presión impetuosa y adelantada de una Real con línea de cinco atrás, si bien los nervionenses se plantaron con aplomo y la tranquilidad que concede el deber cumplido, siempre muy disciplinado en los repliegues y en las coberturas, como la de Koundé, cuando la Real halló espacios a la espalda de Jesús Navas.
Además, como es habitual, el Sevilla se mostraba solvente en la resta y un robo en la medular puso de gol a En-Nesyri, que no logró conectar el remate. Querían correr los de Lopetegui cuando recuperaban, impulsados por los dos carriles, y, pese al acecho realista, lograba circular con los apoyos de Mudo o Óliver, aunque sin generar peligro en los aledaños de Moyá. 

La Real, por su parte, trató de soprender con verticalidad, con balones largos, lo que contrarrestó el Sevilla con el orden y la solidaridad acostumbrados, con ayudas a los laterales y una solvencia asombrosa. Y es que los hispalenses se hallaban cómodos, con una sensación de control sacudida solo en en un arreón donostiarra a los 20 minutos.

Le faltaba al Sevilla la clarividencia brindada por Banega ante Athletic y Mallorca, más ideas para otorgar mayor profundidad a su juego, para verticalizar una circulación sin riesgos. ÓLiver y Mudo aparecían, pero menos de lo que se les necesitaba, y la mayor parte de la creación recaía en Gudelj y Jordán con sus consecuencias. También se añoraba la capacidad de marcar la diferencia de Ocampos, porque Suso no termina de encender luz, lo que propició que fuera la Real la que más ha inquietaba, obligando a Bono a salir de puños en un par de pocas ocasiones, aunque sin rematar a portería. Tónica de una primera parte en la que las oportunidades llegaron en el epílogo.

Primero la tuvo En-Nesyri con un remate complicado a centro de Jesús Navas, mientras que la réplica local la protagonizó Merino, con un lanzamiento lejano despejado con agilidad por Bono. Un pequeño oasis en un desierto en el que el orden y la disciplina táctica han solapado la chispa.   

Arrancó la segunda parte con una Real evidenciando lo que se juega, pero nuevamente se topó con la firmeza de un Sevilla poderoso por arriba y con una segunda unidad preparada para cuando se perdía la primera batalla. Sin embargo, le costaba de nuevo construir, con cambios de orientación de un Óliver voluntarioso que no culminaban, lo que no evitó , merced a su contrapresión, que Suso disfrutara en el 51' de una ocasión finalizada con un disparo demasiado cruzado. La respuesta de la Real la estrelló en el travesaño Portu en la primera y casi única desaplicación nervionense en el repliegue.

Antes estos problemas, Lopetegui recurrió al armamento pesado, con las entradas de Banega y Ocampos, y casi de forma inmediata los nervionenses comenzaron a conectar con las bandas merced a una circulación más fluida, salpicada de pases filtrados del rosarino como el malgastado por En-Nesyri, que no acaba de comprender la visión del argentino, arrancando tarde en los desmarques. 

Por parte realista, entró un Isak muy activo, que dejó a Willian José solo delante de Bono, capaz de tapar su remate y confirmar así su excelente nivel desde la lesión de Vaclik. Acto seguido, blocó otro disparo del brasileño.     

La efervescencia nervionense tras los cambios apenas duró, por lo que el técnico continuó acercándose a su once base con Fernando y Munir, buscando apuntalar un centro del campo cansado y más profundidad arriba, pues pasaban los minutos sin noticias sevillistas en los alrededores de Moyá, mientras que la Real acarició de nuevo el 1-0 con un disparo de Willian José y un cabezazo posterior de Merino.

Los últimos movimientos tampoco agitaron el árbol sevillista, al menos en generación de peligro, con la sensación, además, de que priorizaba el control por encima de la verticalidad, ya con De Jong en el césped. Precisamente, el holandés, cuando ya parecía que el partido se consumiría sin ninguna ocasión más de los sevillistas, condujo un contragolpe y habilitó a Ocampos, que solo ante Moyá no fue capaz de superarle. Habría sido el gol de triunfo en el alargue de un Sevilla que nuevamente ofreció una lección de solidez, virtud por encima de las piezas utilizadas y a la que le ha faltado el acompañamiento de un carácter más incisivo para hincar el diente al Atlético, ahora a dos puntos. Aun así, otro partido sin perder con imagen de lo que es, un equipo realmente serio y con un techo desconocido.
 
 
Ficha técnica:

Real Sociedad: Moyá; Zaldua (Gorosabel 83'), Llorente, Le Normand, Zubeldia, Aihen (Monreal 46'), Zubimendi, Merino, Portu (Isak 66'), Oyarzabal (Barrenetxea 83') y Willian José.

Sevilla F.C.: Bono, Navas, Koundé, Sergi Gómez, Reguilón, Gudelj, Jordán (Fernando 75'), Franco Vázquez (Banega 61'), Óliver Torres (Ocampos 61'), Suso (Munir 75') y En-Nesyri (De Jong 84').

Árbitro: Del Cerro Grande, madrileño. Amonestó a Barrenetxea, Koundé y Banega

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 37 de LaLiga disputado en el Reale Arena.