Ya está aquí.
Nervión amaneció hoy varios tonos
más rubio después del anuncio oficial del regreso de un hijo pródigo, que ya pisa suelo de la capital de Andalucía. El fichaje de
Ivan Rakitic va mucho más allá de la baratísima contratación de un
subcampeón del mundo que llega después de
empañarse de títulos en seis años con el FC Barcelona.Con el croata, el
Sevilla FC afianza el concepto de grupo, de pequeña familia, generada en la ya inolvidable mágica 19/20. Se hace con otro
'crack' sin estridencias, que entiende que el mejor protagonista es el colectivo y que
siente cada ladrillo del Ramón Sánchez-Pizjuán como un pedacito de su propio organismo.
Ésta es su casa y lo siente así desde el primer día que la pisó. Ésta es su casa.Después de ser
despedido con honores del Barcelona,
entre piropos del presidente Josep María Bartomeu y posando con su colección de trofeos como culé,
Rakitic ha aterrizado en el sevillano aeropuerto de San Pablo en torno a las 19:00 horas de este miércoles y unos minutos después ya posaba sonriente junto al escudo sevillista. En la terminal de llegadas le esperaban dos personas distintas en un mismo continente físico: el director general deportivo, Ramón Rodríguez Verdejo, y un buen amigo del flamante refuerzo blanquirrojo como es
Monchi.
Este jueves, a partir de las 11:00 horas y retransmitido en directo por los medios del club, tendrá lugar la rueda de prensa telemática de
presentación de Rakitic, que estará acompañado por del presidente nervionense
José Castro y por el propio
Monchi. Tras atender a los medios, se enfundará por fin los colores blanquirrojos y posará para las cámaras sobre el césped del estadio.
Su contratación por
cuatro temporadas, por
1,5 millones de euros y hasta ocho más en variables según la participación sevillista en competiciones europeas, ha desatado la
euforia en el seno del sevillismo,
muy contento con él, con la continuidad de Suso y Bono y con el fichaje del prometedor canterano madridista Óscar Rodríguez.
Rakitic pasará así a y tratará de igualar la balanza entre las no pocas malas experiencias y los éxitos rotundos como los de
Jesús Navas, Éver
Banega o el malogrado José Antonio
Reyes. Precisamente el último dorsal que llevó el utrerano en el equipo de su corazón,
el '10', lo acaba de dejar libre el argentino
y el croata ya dejó caer hace tiempo que le gustaría llevarlo como
homenaje a un inolvidable amigo. Hágase.