La pandemia de la covid-19 detuvo el mundo durante semanas. Un obligado confinamiento que propició
la interrupción del fútbol y la suspensión o aplazamiento de las celebraciones más variopintas. Entre ellas, unas
comuniones que habitualmente siempre dan color al mes de mayo y que estos días aún se siguen celebrando.
Es el caso de
María Pérez Montiel, que este pasado sábado pudo disfrutar de esa comunión que tanta ilusión le hacía. Pero tras ella hay una curiosa historia que se ha hecho
viral entre el sevillismo. Y todo viene de la ocurrencia de
su padre, Manuel, al que muchos aficionados nervioneneses aún recordarán por ser ese intrépido
reportero que contó a su particular manera las dos primeras Copas de la UEFA para Buenafuente.Conocido por su sevillismo, y por su guasa,
Manuel se encargó de realizar las habituales tarjetas de comunión con el visto bueno de su mujer, Virginia. Lo que no sabía ella era que su esposo -Lolo para los amigos- uniría en esa tarjeta
la pasión que siente por su hija con la que le profesa a su equipo, reflejando la Europa League como improvisado cáliz en un dibujo que incluso lleva
el escudo del Sevilla FC sobre el traje de comunión.Todo ello, con un mensaje que ha causado sensación:
“A mis diez añitos hoy tendré mi primer contacto con Dios aunque ya alcancé 4 veces la Gloria de Europa gracias a mi Sevilla Fútbol Club”. Y es que María, como su padre, es sevillista y, al nacer en 2010, el pasado agosto
celebró su cuarta Europa League.Ni qué decir tiene que la ocurrencia fue recibida con una sonrisa por todos los asistentes. También por
el padrino, Antonio, pese a sus colores verdiblancos. Pero por si acaso, Manuel tuvo que hacer otra tarjeta… por si a la familia de su mujer no le parecía la más apropiada. En el Sevilla FC, en cambio, seguro que ha gustado, y Manuel ya se ha encargado de pedirle a José Castro a través de las redes sociales
un regalo para su hija: el viaje a Budapest para ver la Supercopa de Europa...