¿Qué fue del exsevillista Cigarini? Ahora vive un calvario

Monchi logró el verano de 2010 incorporar al Sevilla a una perla italiana que seguía desde hacía tiempo, internacional en las categorías inferiores de la Azzurra y que apuntaba muy alto. Se trataba de Luca Cigarini, un centrocampista creativo que llegó como cedido del Nápoles y con la misión de convertirse en el cerebro nervionense.
Pero el italiano, tras un comienzo con cierto protagonismo y un gol importante en Dortmund -marcó otro contra el Karpaty y en Copa- no cuajó en absoluto y con Gregorio Manzano, que sustituyó a Antonio Álvarez, pasó al ostracismo, disputando un total de 18 encuentros, pero sólo seis en el campeonato liguero, con un saldo de 893 minutos con tres tantos y dos asistencias.
Al terminar el curso regresó al Nápoles, para salir cedido dos campañas al Atalanta, que se hizo con sus servicios en 2013 y donde alcanzó su máximo valor. En 2016 recaló en la Sampdoria y sólo un año después continuó su carrera en el Cagliari. Allí militó tres cursos hasta que este verano terminó contrato y se marchó libre al recién ascendido Crotone, ya con 34 años y con la condición de pieza importante.
De hecho, comenzó como titular pero a finales de noviembre, tras disputar sólo siete choques, comenzó un calvario para él que se prolonga hasta hoy. El de Montecchio Emilia cayó lesionado con problemas en la pantorilla y se perdió todos los encuentros hasta comienzos de febrero, cuando ya se recuperó, si bien ni siquiera le dio tiempo a pisar el césped, pues, después de dos partidos en el banquillo, sufrió un nuevo percance, esta vez en la rodilla, lo que le ha impedido volver hasta la fecha.
Su valor de mercado ha bajado hasta los 800.000 euros y esta situación podría precipitar el fin de su carrera o, como mínimo, su preencia en la máxima categoría del fútbol italiano.
Pero el italiano, tras un comienzo con cierto protagonismo y un gol importante en Dortmund -marcó otro contra el Karpaty y en Copa- no cuajó en absoluto y con Gregorio Manzano, que sustituyó a Antonio Álvarez, pasó al ostracismo, disputando un total de 18 encuentros, pero sólo seis en el campeonato liguero, con un saldo de 893 minutos con tres tantos y dos asistencias.
Al terminar el curso regresó al Nápoles, para salir cedido dos campañas al Atalanta, que se hizo con sus servicios en 2013 y donde alcanzó su máximo valor. En 2016 recaló en la Sampdoria y sólo un año después continuó su carrera en el Cagliari. Allí militó tres cursos hasta que este verano terminó contrato y se marchó libre al recién ascendido Crotone, ya con 34 años y con la condición de pieza importante.
De hecho, comenzó como titular pero a finales de noviembre, tras disputar sólo siete choques, comenzó un calvario para él que se prolonga hasta hoy. El de Montecchio Emilia cayó lesionado con problemas en la pantorilla y se perdió todos los encuentros hasta comienzos de febrero, cuando ya se recuperó, si bien ni siquiera le dio tiempo a pisar el césped, pues, después de dos partidos en el banquillo, sufrió un nuevo percance, esta vez en la rodilla, lo que le ha impedido volver hasta la fecha.
Su valor de mercado ha bajado hasta los 800.000 euros y esta situación podría precipitar el fin de su carrera o, como mínimo, su preencia en la máxima categoría del fútbol italiano.