Carlos Alcaraz tiene relevo
La dinastía de los Alcaraz sigue y mientras Carlos busca su sexto grande en Wimbledon, su hermano pequeño, Jaime, de 14, va a disputar estos días un torneo de gran importancia en su categoría, representando a España
La genética en el deporte es algo caprichoso, pues aunque sea algo que se espera muy importante, tantas y tantas veces hemos visto como hijos de grandes estrellas se quedaban en el camino, que cuesta creer en ella. Aunque realmente claro que es importante y de vez en cuando vemos casos que nos lo confirma. Por ejemplo Rafa Nadal, con un tío, Miguel Ángel, que fue futbolista profesional en Barça o Mallorca; o Joakim Noah, leyenda del baloncesto francés e hijo de Yannick Noah, todo un campeón de Roland Garros. Sin embargo, hay casos aún más llamativos, como el de dos hermanos que tienen un talento brutal para el mismo deporte, como pueden ser los Alcaraz. Porque estamos viviendo una época dorada con Carlos a sus 22 años, pero por detrás viene alguien que puede tener mucho que decir, Jaime.
Por que a sus 14 años, Jaime Alcaraz, hermano menor del actual número 2 del tenis mundial, va a dar un paso más en su carrera. Se encuentra esta semana en Valencia con la selección española infantil que participa en la primera fase de la Copa del Sol, equivalente al Europeo de la categoría. El equipo nacional sub-14 masculino de tenis defiende el título que conquistó el pasado año también en Valencia, y lo hace en la fase inicial de grupos, que se desarrolla esta semana.
El objetivo no es otro que pelear por revalidar su cetro continental en la fase final, que se llevará a cabo la próxima semana, en concreto desde el lunes 30 de junio y hasta el miércoles 2 de julio. El conjunto de la Real Federación Española de Tenis está formado por el canario Stefan Shangichev, el sevillano Pepe García Ruiz y el propio Jaime Alcaraz, con Nicolás Pérez Durán como capitán.
Las expectativas del padre, superadas
En un documental de Rolex, Carlos, el padre de familia, reconoció que sus expectativas con Carlos, el segundo de sus hijos, no eran especialmente altas, y aunque tenía un gran talento, nunca creyó que fuera a ser la leyenda que es a sus 22 años. Sin embargo, poco a poco el niño fue derribando puertas y obligándole a cambiar de idea. Ahora es el pequeño de la familia el que está en proceso, pues aunque aún esté en formación, tiene mucho talento. El problema es que va a tener muchos focos encima, algo que por ahora no le está afectando, pero que cuando lleguen las malas rachas, si es que llegan, puede ser un factor muy negativo.