El mejor Carlos Alcaraz está de vuelta. Tras las dudas con las que llegaba a las semifinales de Montecarlo, después de sufrir de lo lindo contra Cerúndolo o Fils, en la batalla española frente a Alejandro Davidovich ha sido capaz de encontrar su mejor tenis. Por primer vez en toda la semana ha controlado el partido e incluso ha sido capaz de hacer frente a los momentos de extrema lucidez del malagueño, que ha vivido una vez más en el Principado una de sus mejores semanas como profesional. El triunfo coloca al murciano como el número 1 del año y le pone a un paso de su primer gran título del curso, que le catapultaría al segundo escalón de la ATP detrás de Jannik Sinner.
La irregularidad de Alcaraz en los inicios de los partidos en este Masters 1000 de Montecarlo no ha pasado desapercibida para sus rivales, que siempre que ganan el sorteo eligen restar y Foki no ha sido menos. Casi le sale bien, pero el murciano ha levantado las tres bolas de rotura que ha concedido en el primer juego. Sin embargo, la diferencia entre los buenos y los muy buenos es la capacidad de aprovechar de oportunidades, así que a la primera que le ha dado el malagueño no ha fallado.
Con un un inicio tan bueno como este, Alcaraz empezaba a dar miedo, porque la derecha le corría, las dejadas no habían perdido el toque e incluso con el saque estaba muy fino. Esto le hizo poner muy pronto con 5 a 2, y llegó a disponer de varias bolas de set, pero ahí entraron las dudas. No ha habido un solo día en el Principado en el que Carlitos no se enredara más de la cuenta y esta sábado no iba a ser diferente. Davidovich se ha crecido, poco a poco ha empezado a jugar mucho mejor y ha terminado por empatar la contienda, y más tarde llevar el duelo al desempate.
En el tiebreak no hubo color, el de El Palmar ha comenzado a jugar mucho mejor y muy se ha llevado el primer set sin problemas. Ahora llegaba el momento de la verdad para su rival, que tenía que hacer frente a un golpe muy duro. Algo que de primeras no ha sido capaz de hacer, porque la segunda manga ha comenzado de la peor forma posible para él, con una rotura que parecía que dejaba visto para sentencia el partido. El número 3 del mundo estaba enfrentando en el modo crucero.
El punto de inflexión llegó en el tercer juego, cuando Alcaraz gozó de varias bolas para volver a quebrar, pero el de Fuengirola consiguió agarrarse a la pista y evitar lo que hubiera sido el final. No pudo en ese momento, pero a partir de ahí optó por una estrategia diferente, arriesgando mucho al resto con golpes de todo tipo que no siempre entraban, pero jugando con el manual sus saques. Así fue como consiguió cerrar el partido en el décimo juego, poniendo el 6-4 definitivo tras una dura batalla con un Davidovich al que solo queda aplaudir después de una semana para el recuerdo que deja claro su crecimiento este año. Ahora el murciano espera rival en la final, que saldrá del Musetti-De Miñaur de esta tarde.