El secreto menos recomendable de Carlos Alcaraz
Pese a ser una de las grandes referencias del tenis mundial, Carlos Alcaraz no deja de ser un joven de 21 años con las aficiones propias de alguien de su edad, como ha dejado claro en su documental de Netflix

Carlos Alcaraz es uno de los mejores tenistas del mundo e incluso se podría decir de la historia al haber ganado 4 grandes, pero al final tiene apenas 21 años, por lo que no deja de ser un joven que quiere vivir su vida, pese a que le haya tocado una muy distinta a la de una persona 'normal'. Sin embargo, él no se resigna a hacer lo que haría cualquier persona de esa edad. Esto ha quedado claro en el documental de Netflix que se estrena este miércoles y donde se puede ver la cara más real del murciano.
Un ejemplo claro es en su forma preferida de desahogarse después de un gran torneo, cuando necesita tomarse unos días libres para poder desconectar y descansar a su manera. Y lo hace a lo grande, dándose a la fiesta como haría otro niño de 20 años. Así de claro lo deja cuando explica como celebró Roland Garros el año pasado, cuando se fue a Ibiza: "Ibiza es fiesta y salir. Fui ahí a reventarme. No sé si está bien decirlo de esa manera, pero fui a salir. Yo lo aprovecho al máximo". Y le fue bien, porque al volver ganó Queen's y Wimbledon, por lo que aspira a repetir este año. "No digo que ganase por la fiesta, pero me fueron bien esos días".
No solo desconecta 'pegándose la fiesta', si no que otras veces, como este año tras perder en Miami, opta por planes más familiares, como irse unos días con los suyos de viaje. Y también le funcionó, pues a la vuelta enterró sus malas sensaciones ganando el Masters 1000 de Montecarlo y llegando a la final del Conde de Godó. Aunque ahora está tocado físicamente antes de Mutua Madrid Open.

Ferrero no siempre está de acuerdo
A Juan Carlos Ferrero se le puede considerar como el padre deportivo de Carlitos, ya que lo tiene bajo su ala desde que era apenas un adolescente que empezaba a destacar. El murciano pasa largas temporadas en Villena entrenando en la academia del ex número 1 del mundo y tienen una estrechísima relación. Y en el documental se puede ver muy claramente, cuando Ferrero opina sobre algunas decisiones como acudir a un Gran Premio de Fórmula 1, dejándole claro que aunque sea decisión del jugador, en su opinión no tocaba y era mejor que descansara. Esa confianza entre ambos es clave, pero a veces genera otros desacuerdos y problemas secundarios.