El torneo donde Djokovic podría perder el trono frente a Sinner y Alcaraz
“Sinner, junto con Alcaraz… son los líderes del tenis masculino actual”, ha afirmado Djokovic, que afronta una de sus pruebas más duras en Wimbledon

El reinado de Novak Djokovic en el tenis mundial afronta una de sus pruebas más duras. Con Carlos Alcaraz y Jannik Sinner en plena explosión de talento y resultados, Wimbledon podría ser el punto de inflexión que confirme el cambio de era. Incluso el propio Djokovic ha admitido que ya no es el líder incuestionable del circuito.
Djokovic reconoce el desafío
El serbio, que ha dominado la última década con mano de hierro, ha reconocido en Londres que los tiempos están cambiando. “Sinner y Alcaraz son los líderes del tenis masculino actual”, confesó en rueda de prensa.
A sus 38 años y con un físico que ya no responde como antes, el serbio se aferra a la experiencia y a su idilio con Wimbledon para resistir el empuje de los más jóvenes. “Simplemente soy mucho mayor que ellos. Me motiva ver cuánto puedo seguir compitiendo con estos chicos”. Pese a no haber llegado en su plenitud física, Novak ha ido de menos a más en el torneo.
Alcaraz y Sinner, al acecho
Carlos Alcaraz, vigente campeón en el All England Club, y Jannik Sinner, actual número uno del ranking ATP, se han consolidado como los grandes referentes del circuito. El español llega con confianza, buen juego y una frescura que recuerda a los mejores años de Nadal. El italiano, por su parte, ha dado un salto de madurez y regularidad que lo convierte en un serio candidato a todo, aunque sus molestias en el codo ponen en duda que pueda estar al cien por cien.
Ambos representan una nueva generación que ha llegado a la élite del tenis mundial sin ningún tipo de complejo. Saben ganar en todos los escenarios y superficies y no temen enfrentarse a leyendas. Wimbledon puede ser el torneo que certifique ese paso definitivo, aunque Djokovic sabe que si hay alguna oportunidad de plantarles cara es aquí en Wimbledon.
Un posible cambio de guardia
Si Djokovic logra volver a una final y pelear por el título, todavía tendrá mucho que decir. Pero si cae antes que sus jóvenes rivales y alguno de ellos levanta el trofeo, será imposible negar lo evidente: el trono del tenis ya tiene nuevos dueños.
En juego no solo está la gloria de uno de los Grand Slam más icónicos, sino también la supremacía de una era. Y Wimbledon, como tantas veces en la historia, parece ser el escenario perfecto para escribir otro capítulo inolvidable.