El Barça fija el regreso al Camp Nou tras una nueva polémica con la adjudicación de las obras
El FC Barcelona prevé volver a su estadio a finales de noviembre, coincidiendo con el partido ante el Athletic Club, siempre que llegue la licencia de primera ocupación. El retraso de los trabajos y las irregularidades en la adjudicación a Limak vuelven a estar en el centro de debate

El regreso al Camp Nou parece, esta vez sí, parece definido. Aunque nadie dentro del club se atreve a poner una fecha definitiva después de tantos contratiempos, desde el área de operaciones del FC Barcelona aseguran que el ansiado retorno está cada vez más cerca. Joan Sentelles, director de Operaciones del club, ha revelado que esperan recibir en los próximos días la licencia de primera ocupación de la fase 1A, un trámite indispensable para que el estadio pueda reabrir parcialmente con capacidad para 27.000 espectadores en las zonas de Tribuna y Gol Sur.
Sin embargo, el club mantiene su plan de regresar cuando esté completada la fase 1B, que elevará el aforo hasta los 45.000 asientos con la incorporación del Lateral. La previsión interna marca el 22 de noviembre, fecha del duelo ante el Athletic Club, como el partido del regreso al templo azulgrana. El encuentro previo ante el Elche, del día 2, todavía se jugará en el Olímpic Lluís Companys, igual que el compromiso europeo ante el Olympiakos.
El propio Sentelles explicó que el Barça no contempla volver antes por razones económicas. El nuevo director general, Manel del Río, ha sido claro: abrir el Camp Nou con solo 27.000 espectadores “no sería sostenible” financieramente, por lo que la junta prefiere esperar a completar una fase que permita mayor rentabilidad en taquillaje y explotación.
La polémica con Limak vuelve a escena
Mientras el club afina los últimos trámites con el Ayuntamiento, la polémica en torno a la constructora Limak, encargada de la reforma, ha vuelto a reavivarse. El programa Què t’hi jugues de la Cadena SER, reveló que la empresa turca obtuvo la adjudicación del Espai Barça pese a haber sido la peor valorada en la evaluación técnica realizada por los expertos del club a finales de 2022.
Según dicha información, Limak obtuvo menos de 50 puntos sobre 100 y, aun así, fue la elegida. Los técnicos destacaron que la compañía pedía 200 millones de euros por adelantado frente a los 12 millones que reclamaban sus competidoras y que no pudo justificar el calendario de obras presentado. La rapidez en la ejecución, el gran argumento de su oferta, terminó siendo decisiva, aunque hoy los plazos no se están cumpliendo.
El informe técnico, de carácter “consultivo y no vinculante”, fue finalmente desestimado por los responsables del Espai Barça, entre ellos el propio Sentelles y Lluís Moya, quienes firmaron el dictamen final el 30 de diciembre de 2022. “No tenía que hacer caso a todos los informes; algunos eran sesgados”, defendió Sentelles, asegurando que el proceso estuvo “supervisado por múltiples órganos internos y externos”.
Retrasos, dimisiones y penalizaciones millonarias
Pese a las garantías firmadas, la obra acumula ya 317 días de retraso respecto al calendario inicial. Según la documentación a la que ha tenido acceso la SER, el contrato con Limak contempla penalizaciones automáticas a partir del 1 de julio de 2026 si no se entrega la obra completa, pero el club ha evitado aplicar sanciones por el momento, alegando causas externas como la falta de suministros.
No obstante, el propio contrato especifica que la empresa “no podrá justificar demoras por problemas de materiales”, ya que debía prever los plazos con antelación. Solo las causas de fuerza mayor serían aceptadas. “Al final de la obra se verá quién es realmente responsable de los retrasos”, matizó Sentelles.

El proceso también ha dejado tras de sí dimisiones sonadas, como la de Jordi Llauradó, directivo responsable del Espai Barça, que se abstuvo en la votación final y renunció poco después. En total, cinco técnicos de peso vinculados al proyecto han abandonado su cargo desde la adjudicación.
Pese a los contratiempos, el Barça mantiene la hoja de ruta marcada: volver al Camp Nou antes de que termine el año. La obtención de la licencia para 45.000 espectadores en noviembre abriría la puerta a disputar el encuentro ante el Athletic en el renovado estadio, aunque la decisión final también dependerá de la autorización de la UEFA para los partidos de la Champions League.