Adrián San Miguel, el tercero en discordia: abnegación, profesionalidad y beticismo en vena
Sin minutos a estas alturas, como el año pasado, sus perspectivas son peores que en una 24/25 que terminó con 2.340 y 26 oportunidades, aunque no escatima un esfuerzo: "Siempre sumando"

En pleno debate sobre las rotaciones (o su ausencia, en este caso) bajo los palos del Real Betis, las quinielas apuntan al regreso de Álvaro Valles ante el Ludogorets, ya que parece más o menos claro que Pau López está por delante en los planes de Manuel Pellegrini. Lo cierto es que los números avalan al gerundense, quedando meridianamente claro que las dudas que generaba esa demarcación el curso pasado, especialmente tras la cesión invernal con obligación de compra de Rui Silva al Sporting CP, se han disipado con el aterrizaje de dos ex verdiblancos y la rescisión de Fran Vieites, ahora en las filas del Leicester. Con todo, el damnificado a todas luces es Adrián San Miguel, que terminó jugando muchos minuto (2.340, repartidos en 26 partidos oficiales, con cinco porterías a cero), especialmente en la segunda vuelta de la 24/25, coronados con la final de la Conference League.

Si bien a estas alturas tampoco había disputado ni un segundo la campaña anterior, las perspectivas son manifiestamente peores. Lo más probable es que, con el inicio de la Copa del Rey, tenga su oportunidad de hacer guantes, como suele decirse en el argot, si bien habrá que ver cómo se desarrollan los acontecimientos, las sanciones o lesiones que se pueden producir, y el reparto que obra el 'Ingeniero'. Mientras tanto, el hispalense sigue a lo suyo, "siempre sumando", como le reconoce en las redes sociales su amigo y entrenador Toni Doblas. Ni una voz más alta que otra (si no es para animar a sus dos compañeros, que le devuelven ánimos y elogios), ni una queja. Espera su momento con todo lo que tiene que ofrecer: compromiso, abnegación y beticismo. "Si este 'chaval' está como un avión, se dice y punto. Ejemplo de profesionalidad", añade el ex meta de Bellavista sobre el que califica como 'El Benjamin Button de Su Eminencia'.
A poco más de tres meses de cumplir 39 años, enfila Adrián el que, por ahora, es su último año de contrato. Dios dirá si la antesala de su retirada o tiene cuerda para un rato más. Acabó dolido, cuentan desde su entorno, por las críticas recibidas en algunos partidos, especialmente la gran final ante el Chelsea. Consciente de algún error que no duda en asumir, en público y en privado, aunque orgulloso de lo conseguido con el equipo de sus amores y decidido a mejorar, pues lleva a gala, pese a haber pasado por otros grandes clubes como Liverpool y West Ham, que un deportista nunca deja de aprender. Cuando le toque enseñar, ahí estará también.
