Toda la polémica del Cádiz - Osasuna: el roce en los dedos de Mbaye y hasta tres posibles penaltis en el área visitante

Martínez Munuera, a instancias de Busquets Ferrer desde la sala VOR, señaló pena máxima de manera bastante protestada, pero ateniéndose al reglamento

Toda la polémica del Cádiz - Osasuna: el roce en los dedos de Mbaye y hasta tres posibles penaltis en el área visitante
El leve roce en los dedos de Momo Mbaye que supuso el penalti del 1-1. - M+LaLiga
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura
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Todo se hace conforme al reglamento, pero, como ocurriera en el Mallorca-Sevilla del sábado, resulta increíble que unas manos para nada claras condicionen tanto un resultado. Pasó de nuevo en el Cádiz-Osasuna. Si en Palma anularon un gol al nervionense Pedrosa por el presunto roce de su disparo en el codo de En-Nesyri, que lo desvía a la red, en el Nuevo Mirandilla fue un leve toque con la punta de los dedos de Momo Mbaye a cabezazo de 'Chimy' Ávila que se iba al córner el que terminó convirtiéndose en penalti para que el conjunto pamplonés firmase el empate, a la postre definitivo. En la recta final, los locales pidieron la segunda amarilla y, por tanto, la expulsión de Unai García por una fea entrada a la altura del círculo central, así como dos posibles penaltis del central navarro. También se solicitó otro de David García, aunque aquí el balón le rebota claramente en el pecho.

Muchas más dudas conlleva la acción del 1-1. Es cierto que, con la normativa en la mano, todo tanto precedido de una mano de un futbolista del mismo equipo debe invalidarse, como toda la que ocupe un espacio antinatural y corte un disparo de un rival debe señalarse como pena máxima, aunque los afectados denuncian, no sin razón, que el análisis del VAR debe deparar unos resultados inapelables. Ni está rotundamente demostrado con la prueba videográfica que lo del marroquí fuera codo (como mucho, codo después de cadera, pero ni eso se ve con nitidez) ni tampoco es diáfana la imagen en el caso del senegalés. De hecho, no hay una toma donde se aprecie que, efectivamente, la toca con la mano, puesto que la dirección del balón sigue su curso sin desvío o interrupción. Martínez Munuera, en cambio, hizo caso a la apreciación de Busquets Ferrer; y ya se sabe: cuando un colegiado va al monitor, pita siempre lo que le dicen desde la sala VOR.

El Cádiz retuiteaba con resignación la información del compañero de 'Relevo' Fran Martínez (@LaLigaenDirecto), que desvelaba que los amarillos son los que más penaltis han sufrido en contra desde la instauración del sistema de videoarbitraje (14). En el último cuarto de hora, se pidieron dos penaltis que pudieron ser, dejando fuera al señalado dorsal 5. En el primero de ellos, justo antes del minuto 89, el centro-chut de Maxi Gómez es desviado por dos defensores (el propio David García y Juan Cruz) para quedarse detrás de Roger y ser despejado por Unai García. Tras la revisión, el árbitro principal desvela que el rechace es el costado, no en el brazo, aunque el capitán rojillo saca el derecho a pasear de una forma sospechosa. No hay tomas que lo dejen del todo claro, aunque todo hace indicar que aquí sí acertaron los jueces de la contienda.

Tampoco trascendió un agarrón de Unai a Maxi ya en el séptimo minuto de alargue, aunque el uruguayo se revuelve bien para ganar la posición y hace mucho, frenando y echándose hacia atrás, para provocar el derribo dentro del área. Aquí, prevaleció el criterio de Martínez Munuera, que estaba cerca y no apreció un contacto suficiente, aunque es de las acciones que muchas veces se pitan. Desde Las Rozas tampoco vieron indicios claros de error para avisar al valenciano, por lo que también se fue al limbo una posible pena máxima que habría permitido a los amarillos buscar un 2-1 que tuvo un minuto más tarde el propio Momo Mbaye, aunque Sergio Herrera lo fastidió.

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