Carles Pérez, un problema prioritario para el Celta

Carles Pérez se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza para el RC Celta de cara al mercado de fichajes. El atacante, con contrato en vigor hasta 2027, regresará a Vigo tras una temporada cedido en el Getafe, donde no logró consolidarse como un jugador determinante. A pesar de su retorno inminente, Claudio Giráldez, técnico del primer equipo celeste, no cuenta con él ni desde el punto de vista deportivo ni desde el económico, lo que obliga al club a buscarle una salida de forma prioritaria este verano.

El principal problema radica en su elevada ficha, una de las más altas de la plantilla —solo por detrás de la de Iago Aspas entre los jugadores en propiedad— y que además crece de forma progresiva cada temporada. Esta circunstancia condiciona de forma directa la planificación deportiva del club, ya que reduce el margen de maniobra dentro del límite salarial. La dirección deportiva, encabezada por Marcos Garcés, está explorando opciones para su traspaso, con especial atención al mercado de la Major League Soccer (MLS) en Estados Unidos. En ese escenario, se valora su pasado en clubes como el FC Barcelona o la Roma, algo que podría facilitar su salida.

Durante su estancia en el Getafe, Pérez participó en 30 partidos oficiales entre Liga y Copa, con un total de 1.578 minutos disputados (1.430 en Liga). Anotó tres goles, todos en competición liguera, incluyendo un doblete ante la Real Sociedad en Anoeta y otro tanto frente al Villarreal. Sin embargo, perdió protagonismo con el paso de las jornadas y terminó desapareciendo de los planes de José Bordalás en el tramo final de la temporada. Su rendimiento, nuevamente por debajo de lo esperado, refuerza la sensación de que no tiene sitio en el nuevo proyecto celeste.

Carles Pérez, aún sin noticias

Pese a ello, el jugador, de momento, no ha recibido ninguna comunicación oficial del club respecto a su futuro. Por tanto, su intención es presentarse el 1 de julio al inicio de la pretemporada en Vigo. En el entorno del Celta, no obstante, se da por hecho que su presencia será provisional, a la espera de encontrar una solución que permita liberar una ficha que actualmente bloquea operaciones clave para reforzar el equipo que competirá en Europa League en la campaña 2025/26.

Aunque es poco probable que algún club iguale los 5,5 millones de euros que el Celta pagó a la Roma por su traspaso, confían en encontrar una fórmula que permita una desvinculación definitiva o, al menos, una nueva cesión con parte importante del salario cubierta. La resolución del caso Carles Pérez es una prioridad para la entidad gallega en este inicio de mercado.