Un lastre en el Celta de más de 7 millones de euros

El club gallego no ha podido disponer en su planificación de las amortizaciones pendientes de los cuatro cedidos y los dos descartes que se han quedado, incluidas dentro del límite de coste de plantilla impuesto por LaLiga

Un lastre en el Celta de más de 7 millones de euros
Marián Mouriño y Marco Garcés. - Celta de Vigo

Han sido cinco los fichajes realizados por el Celta de Vigo en el recientemente concluido mercado estival, aunque dos de ellos (Borja Iglesias e Ilaix Moriba) ya estaban en la plantilla del pasado curso como cedidos. En total se han invertido 14 millones de euros. Pero Marco Garcés ha tenido más trabajo si cabe en el apartado de salidas. Además de la venta de Fer López al Wolverhampton, que ha dejado 23 millones en las arcas, el gran caballo de batalla estaba en encontrar salida a los muchos jugadores que no entraban en los planes de Claudio Giráldez. Una misión cumplida a medias, pues en el plantel siguen a día de hoy Joseph Aidoo y Franco Cervi, con pocas esperanzas ya de que puedan marcharse a algunos de los mercados que aún siguen abiertos.

Tras la salida también como agentes libres de Alfon, Guaita, Manquillo y Jailson, el club gallego tampoco ha podido ingresar nada por el resto de descartes. Muy al contrario, le siguen costando dinero, pues todos ellos se han marchado cedidos sin ninguna contraprestación económica y en Balaídos tienen que seguir haciendo frente a las amortizaciones pendientes de sus fichajes, incluidas dentro del famoso LCPD (límite de coste de plantilla deportiva) que marca LaLiga.

Manú Sánchez, el caso más gravoso

El caso más costoso es el de Manu Sánchez, cuya llegada a Vigo se enmarcó dentro del traspaso de Javi Galán al Atlético de Madrid, si bien fue registrado como un traspaso cifrado en 9 millones de euros. Una cantidad que al dividirse en los cinco años de contrato que firmó supone un coste de 1,8 millones por temporada. Esa es la cantidad que computa dentro del límite salarial mientras juega a préstamo en el Levante, como sucedió el pasado curso mientras actuaba en el Deportivo Alavés.

Luego está el caso de Unai Núñez, que ha arrancado la campaña siendo un fijo en el Hellas Verona, si bien se pagaron 7 millones en su día por sus servicios y, al firmar también por cinco temporadas, eso supone un gasto de 1,4 millones anuales. Un poco más de lo que cuesta Carles Pérez, actualmente lesionado en el Aris de Salónica. El catalán llegó de la Roma a cambio de 5,5 millones y rubricó un contrato por cuatro cursos, por lo que la cuenta sale a 1,37 millones por año.

Por último, está el caso de Carlos Dotor, cedido en el Málaga después de abonar en su momento 3 millones al Real Madrid. También firmó por cinco campañas y la amortización resultante es de 800.000 euros por cada ejercicio, elevando el total de los cedidos a 5,37 millones de euros, que contabilizan a la hora de realizar una planificación también lastrada por los citados casos de Aidoo y Cervi, sin olvidar que los celestes debe hacerse cargo además de parte de las fichas de sus cuatro jugadores a préstamo.

Aidoo y Cervi también restan

En el caso del central ghanés, la amortización pendientes es de alrededor de 800.000 euros, mientras que el coste con el extremo argentino se eleva a un millón, por lo que en realidad existe una caga de 7,17 millones de los que no se han podido disponer para fichajes porque es lo que siguen costando los jugadores con los que no se cuenta.