Jesús Galiano3 min lecturaEl guardameta Jon Mikel Magunagoitia, con el dorsal '13', protagonizó uno de los momentos más insólitos de la jornada en Segunda División al convertirse en el héroe inesperado del Eibar. En el minuto 95, cuando todo parecía perdido para el conjunto armero, el portero vizcaíno firmó el empate con un remate de cabeza tras una falta lateral, desatando la locura en las gradas de Ipurua.
El choque, que parecía inclinarse del lado del Real Oviedo tras el tanto de Alemao en la segunda parte, vivió un desenlace épico. El Eibar, consciente de que cada punto cuenta en la apretada pelea por el playoff de ascenso, se volcó en ataque en los últimos minutos. En la última jugada, Magunagoitia subió al área rival para buscar el milagro, y lo encontró. Un centro preciso de Iván Gil fue conectado por el arquero con un testarazo que superó a Aarón Escandell y selló el 1-1 definitivo.
Los asturianos, dirigidos por Veljko Paunovic, saboreaban ya los tres puntos que les acercaban a la zona noble de la clasificación. El gol de Alemao en el minuto 64, tras un envío desde la izquierda que sorprendió a la zaga armera, había puesto por delante a los carbayones. El atacante brasileño, verdugo del Eibar en la pasada temporada, volvía a castigar a los guipuzcoanos con un tanto de gran calidad, picando el balón por encima del arquero.
A pesar del dominio en posesión, al Oviedo le faltó claridad ofensiva. Hassan lo intentó desde lejos, pero sin acierto. Mientras tanto, el Eibar generaba peligro con centros laterales y acciones a balón parado, especialmente en el tramo final. La defensa visitante resistía, pero el empuje local se intensificó en los últimos compases del encuentro.
Para los de Beñat San José, el empate sabe a poco pero representa una inyección de moral. Continúan invictos desde la llegada del técnico donostiarra, aunque la victoria se les resiste. Por su parte, el Oviedo se lamenta por haber dejado escapar dos puntos en el último suspiro, justo cuando el reloj se consumía.
El encuentro, disputado con intensidad pero sin excesiva agresividad, se saldó con un final de guion cinematográfico. Magunagoitia, un portero que apenas había tenido trabajo durante el partido, acabó siendo el protagonista absoluto de una tarde que parecía condenada al olvido. El empate mantiene al Eibar en la pelea y deja al Oviedo con la miel en los labios.