Bordalás se aferra al mercado de enero para salvar la temporada
José Bordalás lleva meses alertando de la falta de efectivos y el club azulón se aferra al mercado de invierno para asegurar la permanencia

El calendario no concede respiros y en las oficinas del Coliseum Alfonso Pérez el mes de enero está marcado en rojo. El Getafe avanza esta temporada con lo justo, sosteniéndose a base de competitividad, compromiso y el carácter que imprime José Bordalás, pero con una plantilla cada vez más exprimida. El técnico alicantino no ha maquillado la realidad en ninguna de sus comparecencias: los recursos son limitados y el margen de maniobra, mínimo.
El vestuario responde y el equipo compite pero la gasolina empieza a escasear. Con el mercado de invierno a punto de abrirse, la dirección deportiva tiene claro el diagnóstico. Hay tres carencias estructurales que amenazan el futuro inmediato del Getafe en Primera División y que Bordalás lleva tiempo señalando de forma más o menos directa.
Un Getafe sin gol y con demasiada presión arriba
La falta de pólvora es el problema más evidente. El Getafe solo ha marcado un gol en los últimos cinco partidos y se ha convertido en uno de los equipos menos goleadores del campeonato. El bloque defensivo sigue siendo fiable, pero la manta se queda corta cuando el ataque no acompaña.

Borja Mayoral, referencia ofensiva en temporadas anteriores, continúa en un proceso de recuperación de ritmo y sensaciones que le impide ser decisivo de forma constante. Juanmi, por su parte, no termina de encontrar su sitio ni de ofrecer la chispa que se esperaba de él. En ese contexto, toda la responsabilidad ofensiva ha recaído sobre Liso, la gran noticia del curso, aunque exigirle que cargue con todo el peso goleador es un riesgo evidente.
Las bandas y un mensaje claro del entrenador
El atasco ofensivo no se limita al área. En los costados, el Getafe también sufre. Álex Sancris está cumpliendo con nota en su debut en la categoría, pero el resto de alternativas no están ofreciendo el salto de calidad esperado. Ni Coba ni Kamara han logrado aportar desequilibrio ni continuidad, lo que vuelve al equipo previsible en demasiadas fases del juego.
Tras uno de los últimos encuentros, Bordalás dejó una frase que no dejó a nadie indiferente: “A veces hago cambios porque tengo que hacerlos, no porque crea que lo que entra va a mejorar lo que hay en el campo”. El mensaje fue claro y directo hacia la planificación.
Una defensa fiable pero con lo justo
Paradójicamente, la zaga es la línea que mejor refleja el trabajo del técnico. El Getafe es uno de los equipos que menos goles encaja en LaLiga, pero lo hace con solo tres centrales puros: Djené, Abqar y Duarte. La acumulación de minutos empieza a pasar factura en forma de errores puntuales que ya han costado puntos importantes.
Sin margen para rotar, cualquier lesión o sanción puede convertirse en un problema grave. La llegada de un cuarto central no es un capricho, sino una necesidad para sostener el esquema del equipo.