La pesadilla de Sergio Ramos persigue al Sevilla y salpica al Cádiz

LaLiga denuncia insultos al jugador sevillano del PSG y cánticos de "Corrupción en la Federación" en el encuentro de hace dos semanas entre el Cádiz y el Sevilla en el Nuevo Mirandilla. Además, en Nervión temen ser multados y/o sancionados por más cánticos corales en el choque contra el Celta de pasado Viernes Santo

La pesadilla de Sergio Ramos persigue al Sevilla y salpica al Cádiz
LaLiga ha denunciado cánticos en el Cádiz-Sevilla del pasado 1 de abril. - LaLiga
Juan SierraJuan Sierra5 min lectura

El Sevilla FC no se libra de una pesadilla llamada Sergio Ramos. Unos insultos al central de Camas en un partido de Copa del Rey contra el Real Madrid hace seis años hizo que el Ramón Sánchez-Pizjuán tuviese que cerrar dos sectores de la grada baja de Gol Norte en el partido del pasado viernes contra el Celta, donde el coliseo nervionense mostró su rechazo con cánticos alusivos contra LaLiga, la RFEF y sus presidentes Javier Tebas y Luis Rubiales, así como con los mismos insultos al ahora jugador del PSG que en su día sancionaron el Comité de Competición y la Comisión Antiviolencia del CSD. El club teme nuevas represalias por ello y a sus temores se ha unido ahora la denuncia por gritos despectivos contra los mismos destinatarios en el duelo contra el Cádiz CF en el Nuevo Mirandilla.

LaLiga ha incluido en su denuncia de incidentes de público de la jornada 27 de LaLiga los cánticos "Corrupción en la Federación" entonados por aficionados del Cádiz durante el partido contra el Sevilla FC jugado el pasado día 1 de abril y al que se unieron los hinchas visitantes. En su escrito, refleja que antes del comienzo del partido y en otros dos momentos del mismo unos 600 aficionados locales, ubicados en Fondo Sur -Grada Baja Central- y pertenecientes al grupo de animación local Brigadas Amarillas, liderados por un integrante con megáfono, entonaron ese cántico, que fue "parcialmente secundado por el resto de los aficionados locales presentes en el estadio".

Cabe recordar que, unas horas antes del encuentro, el Cádiz se sumó a la indignación de sus vecinos hispalenses: del Sevilla FC por la orden de cierre parcial del Sánchez-Pizjuán por una sanción de hace seis años y por la sanción de cuatro partidos a Sergio Canales un mes y medio después de realizar las declaraciones que el Comité de Competición decidió castigar de oficio. Los amarillos también están muy enfadados con las actuaciones de los árbitros y de los comités federativos, ya que consideran que han sido gravemente perjudicados esta temporada.

Los insultos dirigidos también por aficionados locales al portero Marko Dmitrovic y al árbitro del encuentro aparecen igualmente en la denuncia de LaLiga, junto a los proferidos por unos 450 aficionados visitantes al exjugador sevillista y del Real Madrid Sergio Ramos. "Estos cánticos aparecen recogidos como comportamientos prohibidos y por tanto sancionables, tanto en el Código de Disciplina Deportiva de la RFEF como en la Legislación contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. También pone a disposición de los aficionados los correos [email protected] y [email protected], para que envíen sus denuncias, sugerencias o requerimientos", explica en su propuesta de sanción para Antiviolencia.

LaLiga remite cada semana un escrito de denuncia al Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) y a la Comisión Antiviolencia del CSD con aquellos cánticos que se producen en los encuentros que inciten a la violencia o tengan un contenido insultante o intolerante. El documento refleja también incidencias en el partido Girona-Espanyol, jugado el pasado día 1, porque 200 aficionados visitantes lanzaron en ocho ocasiones insultos dirigidos al Girona y al Barcelona y un centenar de espectadores locales entonó dos veces el cántido "odio al Espanyol, odio al Espanyol", junto a gritos de asesino a jugador visitante expulsado. La denuncia de LaLiga se refiere igualmente al Burgos-Racing, de la jornada 34 de LaLiga SmartBank, jugado el día 1, en el que unos 800 aficionados locales insultaron al árbitro en dos ocasiones y también al portero del equipo visitante.