Alberto Gálvez
¿Pero qué hiciste Isco? ¿Quién te engañó para hacerte explotar por esa boca? ¿Quién te asesoró para semejante entrevista? (todo con acento argentino, que suena más traumático). Así me podría llevar unos cuantos párrafos, pero trataré de ser breve sobre lo sucedido con el malagueño esta semana.
Mis felicitaciones al compañero Juan Ignacio García-Ochoa por lograr semejantes confesiones en este nuevo periodismo en el que las redes sociales nos quitan cualquier tipo de primicia. Y mi 'extremaunción' al exmalaguista, exmadridista, exsevillista y exjugador de fútbol.
Y digo esto último porque, además de que lleva tiempo sin tocar un esférico con los focos encendidos, esta entrevista me ha sonado a eso. A la típica que le hacen a un jugador ya retirado y que necesita volver a salir a la palestra por intereses de distinta índole. Y la verdad que, en el caso de Isco, si la intención era volver a ponerse en el escaparate, creo que se ha echado una pesada colcha de acero sobre su maniquí en plenas rebajas de julio.
Puedo llegar a entender que la presión mediática te pueda llegar a hacer explotar en un momento determinado y en caliente. Pero hacerlo ahora - siete meses después - y tratar de condenar a Monchi por tu pasado en Nervión con esa supuesta agresión, me parece de cobarde.
En primer lugar, porque al igual que lo que ocurre en un terreno de juego debe quedar ahí, lo que ocurre en unas oficinas también. Si nos ponemos a levantar la voz por cualquier puñetazo en la mesa ante una negociación o el arrojo de cualquier carpeta al suelo ante cualquier operación fallida, no tendríamos micrófonos para atenderos a todos.
Y en segundo lugar, porque, si todo ocurre como el malagueño dice, él fue quien buscó a Monchi y le llamó mentiroso. Por mucho que le molestase las informaciones que se estaban dando de él, si eso no es una provocación que baje Dios y lo vea. Que Monchi traspasó los límites si fue así, correcto, pero que las formas del centrocampista tampoco fueron las más adecuadas, también.
Para el que no la haya leído todavía, estas fueron las palabras transcritas por el citado periodista: "Es fuerte lo que te voy a decir. Le dije que era la persona más mentirosa que me había encontrado en el mundo del fútbol y me agredió. Vino hacia mí, me cogió del cuello, nos apartamos y ya nos tuvieron que separar del todo. Como comprenderás, tras eso, yo no quería seguir ahí bajo ningún concepto. Y aunque me daba pena, porque hice muy buena relación con mis compañeros y la afición me trató de maravilla, yo no podía estar a gusto en un club en el que el director deportivo me agrede y nadie se pronuncia, ni se disculpa. Ni por la agresión, ni por todas las mentiras que iba filtrando. Así que perdoné mi contrato y me fui".
Pero si sólo se hubiese quedado ahí, pues sería sólo una anécdota dentro de su carrera. Pero resulta que también ha atacado a Solari, en la segunda parte de la entrevista. Sólo ha reconocido que a Zidane sí le falló él, que no estuvo a la altura. Menos mal, algo de autocrítica.
Ojalá te llegue esta opinión, ya que también has criticado a la prensa sevillana con dureza en esta entrevista y espero que nos sigas leyendo, pero soy de los que piensan que las cosas o se dicen en el momento o carecen de valor. Si lo hubieses contado todo cuando ocurrió o cuando el Unión de Berlín te modificó las condiciones, todo hubiese tenido la repercusión deseada. Ahora, ir de víctima cuando no te salen las ofertas que tú quieres... Me parece de cobarde.
Si has reseteado y limpiado tu mente como aseguras, que no te importe tanto tu 'caché' y vuelve a ponerte las botas de 'mago'. Y ficha por el Betis. Aprovecha que se ha ido Canales, que ahora sí tienes sitio.