Y lo peor aún está por llegar

Lo más preocupante de la situación violenta, desesperante y agónica que atraviesa el Sevilla FC es el pleno convencimiento de que todavía no han tocado fondo; pues cada semana se hunde un poco más. El martes, recibe a otro desastre llamado UD Las Palmas (dos victorias en 17 partidos) en un todo o nada

Aitor TorviscoAitor Torvisco
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Y lo peor aún está por llegar
El Sevilla se hunde dando la sensación de que aún no ha tocado fondo... pero va en esa dirección. - Cordon Press

Por un lado está la llamada 'media inglesa', que consiste en ganar en casa y empatar fuera -tenía más sentido en el antiguo sistema de dos puntos por triunfo-. Luego, está la versión nervionense, que lleva ocho jornadas de imparable hundimiento atenazado por la 'media García Pimienta', que va de perder en casa y fuera, y la 'media Caparrós', basada en empatar en el Sánchez-Pizjuán (Alavés, 1-1, y Leganés, 2-2) y en caer a domicilio (Osasuna, 1-0, y Celta, 3-2). Un vergonzoso parcial de dos puntos de 24, los tres últimos perdidos pese a jugar 60 minutos con uno más en Balaídos, empuja hacia el infierno a un Sevilla FC que ha puesto velocidad de crucero encaminándose derechito al descenso y que emana un insoportable olor a decrepitud en todos sus estamentos.

Nada puede justificar los graves actos vandálicos acontecidos en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios; pero la situación actual, además de para enfadarse con la gestión, da para preocuparse bastante. Ni el más mínimo resquicio de reacción. Es un irremisible camino a la perdición. Absolutamente ninguna muestra que transmita que la plantilla y sus dirigentes se están esforzando en revertir esto. Todo lo contrario. El convencimiento es pleno de que lo peor aún está por llegar. Y, encima, tampoco se ve que los que mandan asuman responsabilidades o ejerzan una autocrítica sincera. Ahí siguen, en sus trincheras de oro levantadas con sueldos millonarios que salen de unas arcas que se desangran. Como mínimo, resulta muy obsceno.

Hace muchas jornadas que la salvación matemática estaba a tiro de piedra, pero una interminable lista de errores groseros y una falta de competitividad impropia de una plantilla profesional lo han ido posponiendo, haciendo imposible albergar cualquier atisbo de confianza. La única baza que tiene el sevillismo para estas tres últimas jornadas es que los rivales directos le acaben regalando una permanencia que, semana a semana, su equipo está demostrando no merecer en absoluto. Lejos de mejorar a García Pimienta, Caparrós lo ha tocado absolutamente todo estropeando incluso lo poco (muy poco) que funcionaba con el catalán. Como dijo Mendilibar, es evidente que no es un problema de entrenador; sino de plantilla y, sobre todo, de director deportivo y de consejo de administración.

El duelo de este martes en Nervión ante la UD Las Palmas apunta a un todo o nada. Y menos mal que los grancanarios tampoco levantan cabeza y cayeron el viernes por 0-1 ante el Rayo Vallecano. Llegan a Eduardo Dato con seis puntos de desventaja sobre el Sevilla FC a falta de nueve por disputar y con el añadido de que el Leganés se ha puesto a cuatro. En caso de que a la quinta tampoco sea la vencida para Caparrós habrá drama asegurado, pues las dos últimas citas de los blanquirrojos son ante equipos de zona Champions como Real Madrid y Villarreal CF; mientras que los amarillos acabarán contra el CD Leganés y con un RCD Espanyol ya sin nada en juego y los pepineros tiene visita a La Cerámica y termina en casa ante el Valladolid.

Viendo la dimensión de la galopante crisis financiera, no hay que ser economista para calcular qué pasaría con la drástica caída de ingresos en caso de descenso. Tampoco hay que ser adivino para intuir que el martes el ambiente será irrespirable en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde el Sevilla FC lleva cinco meses sin ganar (14 de diciembre, precisamente ante el Celta) y donde están garantizadas las protestas más vehementes. Con sólo dos puntos de los últimos 24 y después de ocho partidos seguidos sin dejar la portería a cero por errores tan garrafales como el de Gudelj ante Borja Iglesias, toca recibir a un equipo igual de deprimido o más: en sus 17 compromisos en este 2025, Las Palmas sólo ha sido capaz de sumar dos victorias, cuatro empates y 11 derrotas. Vaya partidito que se avecina. Una muerte a pellizcos.