El motivo del despido de Ramírez
El técnico zaragocista está viviendo un auténtico 'ultimátum' por sus negativa racha de resultados y los motivos son evidentes para contemplar su despido

El Real Zaragoza afronta dos partidos vitales en La Romareda, donde su técnico, Miguel Ángel Ramírez, se jugará gran parte de su continuidad. A pesar de tener contrato por una temporada más, el entrenador ha perdido la confianza de la afición y de la directiva. Su balance en el banquillo no ha sido positivo, y el crédito que le quedaba se ha ido diluyendo con el paso de las jornadas.
El equipo blanquillo disputará dos encuentros consecutivos como local, frente al Real Sporting y el Eldense, y estos serán determinantes para la continuidad del entrenador. La paciencia en el club se agota, y todo apunta a que estos compromisos marcarán su futuro.
El empate en Los Cármenes ante el Granada evitó la que habría sido la tercera derrota consecutiva, pero la actuación del equipo dejó muchas dudas. A pesar de jugar con un hombre más, el Real Zaragoza ofreció una imagen preocupante, lo que ha generado aún más malestar entre sus seguidores.
Un proyecto sin rumbo
La llegada de Ramírez no ha generado el rendimiento esperado en el equipo. Ahora mismo desde el club tienen serias dudas sobre el rumbo deportivo y, aunque oficialmente se mantiene un discurso de calma, el nerviosismo es evidente. Hasta el momento, el técnico no ha recibido un ultimátum, pero es consciente de que su margen de error se ha reducido al mínimo.
Para agravar la situación, el primer rival en este tramo decisivo será el Real Sporting, un equipo que conoce bien el método de Ramírez. De no sumar puntos ante los asturianos y el Eldense, su continuidad será prácticamente imposible.
Los números del Zaragoza reflejan su situación de estancamiento. Con 28 jornadas disputadas, el equipo suma 35 puntos, quedando en una posición intermedia: siete puntos por encima del descenso y once de la zona de playoff. Sin objetivos claros a la vista, la temporada amenaza con convertirse en otro año sin ilusiones para la afición.
El fracaso en Granada ha encendido todas las alarmas, y aunque desde el club se intenta mantener un mensaje de confianza en una recuperación inmediata, la realidad es que la directiva está cada vez más inquieta. Ni el consejero Mariano Aguilar ni el director deportivo Juan Carlos Cordero, principales defensores del técnico, han tomado medidas drásticas, pero la percepción dentro del club es que Ramírez ya es visto más como un problema que como una solución.
Un discurso que se apaga
Cuando llegó al Real Zaragoza, Ramírez apostaba por un discurso de modernidad y renovación, pero con el paso de las jornadas, su mensaje ha perdido fuerza. Ha pasado de mostrarse confiado a admitir públicamente que la situación es insostenible: “No estamos a la altura. Ahora hay que sacar seis de seis en casa. No nos vale otra cosa”
Un técnico sin resultados y sin el respaldo de su afición tiene pocas opciones de mantenerse en el cargo. Si no logra reaccionar en los próximos encuentros, Ramírez podría ser destituido, lo que supondría el tercer cambio de entrenador en una temporada, poniendo también en entredicho la continuidad de Cordero en la dirección deportiva.