Carlos Sainz se la juega
La evolución introducida en Spa da señales positivas, aunque Sainz sigue lejos del ritmo de Albon y pone la lupa en Hungría

Williams suma en Spa su cuarto gran premio con puntos dobles en 2025 (teniendo en cuenta el sprint de Sainz), pero la aportación del piloto madrileño sigue siendo escasa en comparación con la de Albon. Las nuevas piezas parecen funcionar, pero el margen de error es mínimo y Budapest será una prueba de fuego.
Spa deja buenas sensaciones… y también dudas
Después de meses de frustraciones y resultados por debajo de lo esperado, Williams empieza a recoger los frutos de su trabajo. Las evoluciones aerodinámicas introducidas en Spa —con cambios en los filos del fondo plano y los pontones— han surtido efecto. Alexander Albon fue sexto en carrera, y el equipo de Grove consolidó su quinta posición en el campeonato de constructores, un paso adelante en un Mundial dominado por la igualdad en la zona media.
Sin embargo, no todo fue positivo en Bélgica. Carlos Sainz, que había sido sexto en el esprint, no pasó del 18º puesto en la carrera larga. El madrileño volvió a quedarse fuera de los puntos y su bagaje hasta ahora (16 puntos) palidece frente a los 54 de su compañero tailandés. Y lo más inquietante para los aficionados españoles es que esa diferencia no se explica por el ritmo.
Errores que pesan demasiado
Sainz ha sufrido varios reveses estratégicos en momentos clave. En Miami e Ímola, Williams se equivocó de pleno en las decisiones desde el muro. En Australia, la lluvia y un accidente temprano arruinaron su remontada. Y en Spa, otra vez, el cambio de reglajes por una previsión de lluvia que no se cumplió arruinó sus opciones el domingo. “Me quedo parte de la culpa por haberme equivocado en la dirección del ‘set-up’ y en el alerón trasero de lluvia. Pero esto es un equipo”, reconoció Carlos con autocrítica.
Lo que queda claro es que los pequeños errores siguen teniendo un coste altísimo. Williams ha demostrado tener un coche competitivo en ciertos circuitos, especialmente los de baja carga aerodinámica, pero la ventana de rendimiento del FW47 es limitada. Según Vowles, “el paquete funciona”, pero también admitió que el margen sigue siendo muy estrecho.
Budapest como termómetro
Ahora llega una carrera clave para medir el verdadero potencial de las mejoras. “Budapest no nos va bien sobre el papel. Pero si allí conseguimos ser competitivos, ojalá eso signifique que podemos serlo en lo que queda de temporada”, advirtió Sainz, que quiere dejar atrás los errores y repetir el ‘set-up’ del sprint.
El parón veraniego marcará el inicio de una segunda parte de año en la que Williams y Sainz deben dar un paso adelante. Monza, Suzuka y Austin son circuitos donde el madrileño suele brillar. Pero para llegar a ellos con confianza, Budapest debe encender la chispa.