Tragedia en el motociclismo español

El motociclismo vuelve a teñirse de luto tras confirmarse la muerte de Pau Alsina, un piloto catalán de solo 17 años que había empezado a destacar con fuerza en el campeonato de JuniorGP. El accidente ocurrió durante un entrenamiento en el circuito de MotorLand Aragón y, pese a los esfuerzos médicos, no pudo salvarse. El motociclismo español vuelve a sumar un nuevo fallecimiento de un joven piloto en menos de un mes, tras el de Borja Gómez.

Una carrera prometedora truncada de forma cruel

Pau Alsina, natural de Sallent de Llobregat (Barcelona), perdió la vida este lunes en un hospital de Zaragoza tras no superar una operación urgente a la que fue sometido por las graves heridas sufridas durante una sesión de entrenamientos el pasado sábado. El joven, integrante del equipo Estrella Galicia 0,0, salió proyectado por los aires tras una caída violenta, golpeándose la cabeza con dureza contra el asfalto. Fue atendido de inmediato y trasladado a la capital aragonesa, donde se intentó estabilizarle mediante una intervención quirúrgica. Sin embargo, la situación era crítica y finalmente falleció a consecuencia del impacto.

Alsina formaba parte del campeonato JuniorGP, una de las principales canteras del motociclismo internacional. Este 2025 había sido su primer año en la competición, y lo estaba aprovechando con gran regularidad: marchaba en 13ª posición tras haber puntuado en todas las pruebas disputadas salvo una. Su mejor actuación se produjo el pasado 1 de junio en Jerez, donde terminó octavo.

Un talento precoz con referencias muy claras

Además de su participación en el JuniorGP, el piloto también competía en el Campeonato Italiano de Velocidad (CIV Moto3), donde acumulaba dos podios, incluyendo un segundo puesto. Su rendimiento había sido sólido tanto en el calendario nacional como en el internacional, consolidando un perfil que muchos expertos consideraban destinado a llegar bastante lejos.

Alsina, nacido el 22 de enero de 2008, había confesado en entrevistas anteriores que vivía este año como una temporada clave en su evolución. Admiraba profundamente a los hermanos Márquez y a los Espargaró, referentes del motociclismo español, y soñaba con seguir sus pasos.

Su muerte ha generado una fuerte conmoción en el paddock, especialmente entre los equipos formativos y las estructuras que trabajan con jóvenes talentos. Las redes sociales se han llenado de mensajes de condolencia por parte de compañeros, escuderías y aficionados, todos lamentando la pérdida de una figura que representaba el futuro de las dos ruedas.

La familia ya está realizando los trámites necesarios para trasladar el cuerpo de vuelta a Cataluña. Mientras tanto, el mundo del motociclismo vuelve a vivir otro duro golpe en un año especialmente trágico para el deporte.