Cayetano Martínez de Irujo confirma las sospechas
El aristócrata madrileño habla sobre todo lo que rodea a una faceta por la que no es tan conocido por el gran público

Cayetano Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, duque de Arjona, famoso para la mayoría por su título nobiliario y por ser uno de los hijos de la conocida y ya fallecida Duquesa de Alba, pero pocos por lo que ha logrado a lo largo de su carrera deportiva, como jinete, donde llegó a ser cuarto en unos Juegos Olímpicos y campeón mundial de saltos.
A sus 62 años, Martínez de Irujo se mantiene muy ligado al mundo del caballo, sigue compitiendo, aunque ha parado temporalmente tras una caída sufrida en diciembre y es reconocido por ello. El próximo 19 de junio recibirá uno de los 'Premios Espiga' del Deporte en Villanueva del Pardillo, en una gala donde se le otorgará el trofeo por su Contribución en favor del Deporte.
El duque de Arjona no ha dudado en hablar de su carrera deportiva, de los obstáculos que su fama y título le han creado a la hora de competir y de ser tratado como uno más y también de una hípica que, en España, no atraviesa su mejor momento.
"Sin la losa emocional que arrastré de joven podía haber logrado el triple. Fui consciente de ella en 2014, cuando fui a un centro de Estados Unidos de trauma de infancia. Y esos diez años me hicieron cambiar y ser la persona que soy hoy en día", afirma Cayetano Martínez de Irujo en una entrevista para el gabinete de prensa de esos 'Premios Espiga', donde admite que, los que conocen su trayectoria deportiva, lo valoran más por ese obstáculo. "Soy más valorado porque nadie que ha nacido donde yo he nacido ha llegado a ser un deportista de élite. Te crean para ser un espejo de la sociedad. Tuve que romper unas barreras educacionales brutales y desarrollar todas mis condiciones innatas", afirma.
El jinete madrileño espera una mejoría de la Federación
El jinete madrileño quiso aportar al deporte que ama desde otro lado, desde la dirección, aprovechando sus conocimientos y su influencia a nivel internacional. Este año se presentó en la candidatura de Ignacio Ridruejo a la presidencia de la Federación Española, pero finalmente fue el anterior presidente Javier Revuelta, quien ganó, según él, de una forma "fraudulenta".

"Espero que eso se demuestre en los tribunales. Nosotros hemos intentado ganar las elecciones de una forma justa, pero no ha habido manera por cómo es el sistema electoral en el deporte español", afirma un Martínez de Irujo que cree que España sigue retrocediendo por la mala gestión de la actual directiva.
"Cuando yo estaba hace 15 años, España estaba en el primer grupo de países que peleaba por las medallas y ahora ocupamos el segundo grupo, del 8 al 16. (...) Desde que ha entrado Revuelta, al que no le interesa el deporte y que no tiene contacto con los deportistas, la hípica ha caído abajo. Hay que esperar a ver qué hace esta nueva hornada de seleccionador y directora deportiva, pero lo tienen muy complicado, tampoco tienen conocimientos como para levantar este deporte y ponerlo al nivel que merece. Creo que hemos tocado fondo y vamos a ver si no tocamos más fondo todavía", advierte el jinete.
Tenía 'fichado' al mejor jinete de todos los tiempos
En su programa contaba con fichar al mejor jinete de todos los tiempos, el alemán Ludger Beerbaum, cuádruple campeón olímpico, a quien él conoce muy bien, ya que fue su vicepresidente cuando Cayetano Martínez de Irujo estaba al frente de la International Jumping Riders Club (IJRC) a principios (1999-2007) de este
"Beerbaum siempre tiene a dos jinetes en la élite. El último fue campeón olímpico en París. Estoy seguro de que lo hubiera convencido de, por lo menos, venir a ayudarnos y organizarnos", señala el también aristócrata, quien tacha también a la mentalidad que hay en España como algo que acaba lastrando el desarrollo de la hípica en nuestro país. "España es el único país de Europa que realmente no es de caballos y lo considera un deporte elitista. Y no es así. No somos el baloncesto ni el fútbol, pero somos un deporte muy popular y accesible. Tenemos una etiqueta que nos ha puesto un sector de la prensa social y se lo han creído. Un caballo cuesta desde 500 euros a 3.000 euros, y, si es para montar, entre 1.000 y 1.500 euros", asegura el jinete madrileño.